En mayo de 2014 nos referimos al escudo episcopal del entonces Obispo de San Miguel. Dado que mañana monseñor Sergio Fenoy asumirá como Arzobispo de Santa Fe, nos complace volver sobre su escudo, ahora en versión arzobispal, con los ornamentos exteriores apropiados, con una imagen de mejor resolución, y con una explicación oficial.
«En los últimos días, y tras el nombramiento de monseñor Fenoy, el Arzobispado local dio a conocer la explicación de su escudo episcopal en las redes sociales.
«En los últimos días, y tras el nombramiento de monseñor Fenoy, el Arzobispado local dio a conocer la explicación de su escudo episcopal en las redes sociales.
El lema escogido por Fenoy en su designación como obispo es "Bendito sea Dios" y busca reflejar las creencias y convicciones, mientras que el escudo episcopal es un símbolo especial que identifica al obispo. El mismo es de color rojo vivo, en su extremo inferior una zarza ardiente con llamas de fuego doradas, a la izquierda una estrella de plata. En la parte superior del escudo, como es tradicional en la heráldica episcopal, se coloca un capelo de sinople (sombrero de color verde). Del capelo se desprenden, cubriendo ambos lados del escudo, izquierdo y derecho, diez borlas de color verde, respectivamente, que suman veinte en su totalidad, y que se ordenan en tres órdenes descendentes. Estas borlas indican el rango del arzobispo electo dentro de la Iglesia.
El lema
"«Bendito Sea Dios» tomado del himno paulino bíblico que comienza con estas tres palabras. Es la alabanza al programa divino, y es el empeño de realizar el “proyecto misterioso” del Padre que desde la eternidad quiso crear a los hombres para salvarlos reuniéndolos en la Persona de su Hijo hecho hombre; y marcándolos con el sello de su Espíritu haciéndolos sus hijos adoptivos: santos por el Amor (Ef. 1, 3-14)".
Escudo episcopal
"La pieza principal del escudo episcopal es el blasón o escudo. Es de una sola pieza, sin cuarteles ni particiones: el espacio inconmensurable del Amor de Dios que no tiene anchura ni longitud, altura ni profundidad (Ef. 3, 18). El «campo» heráldico tiene como único esmalte el «gules»: «rojo como la sangre que nos ha redimido. Es el precio de esta determinación eterna pagada no con oro ni plata, sino con la Sangre preciosa de Cristo» (1Ped. 1, 18-19). Campeando en todo el escudo, desde su «punta» al «jefe» ostenta, en oro la zarza ardiente. Desde ella, Dios reveló su nombre: «Yo Soy» (Ex. 3, 14). Con ese nombre dio a conocer su eterno designio. El lugar de la «pira» en un escudo es alegoría de «pretensión». Esa fue la voluntad de Dios expresada en la zarza: «Yo te envío para que liberes a tu pueblo» (Ex. 3, 10). Ese primer anticipo del antiguo Testamento es el proyecto plenamente manifestado por Pablo en el tiempo de la Iglesia. Como a Moisés y a Pablo, al nuevo arzobispo le asegura: «Yo estaré contigo (Ex. 3, 12) mi gracia te basta» (2Cor. 12, 9). La zarza tiene diez hojas. Una por cada mandamiento: las «normas de Vida» que Dios entregaría a Moisés cuando, conduciendo al Pueblo de Dios, pasase por allí hacia la tierra prometida".
El “cantón diestro del jefe” es el “sitio de honor” del blasón. Allí luce una ESTRELLA BRILLANTÍSIMA en plata. Es el lugar de privilegio que Dios le concedió a MARÍA, la llena de Gracia (Lc. 1, 28) en su Plan Salvífico. El lugar que ocupa en el corazón del nuevo Arzobispo y que ya brillaba en forma de estrella en su estola diaconal, su primer ornamento sacerdotal. Tiene siete rayos que simbolizan los siete Dones del Espíritu Santo; y entre ellos siete destellos: las tres Virtudes Teologales y las cuatro Cardinales. Como siete son las Virtudes Capitales. Todas resplandecientes en la Reina y Madre de los Sacerdotes.
Sobre la heráldica eclesiástica, el CAPELO de color sinople (verde) indica el grado de dignidad junto con diez borlas dispuestas en cuatro órdenes a cada lado. Timbrado por la CRUZ PASTORAL de dos brazos, ubicada como sosteniendo el escudo, signo de la potestad de regir y velar por la fe del Pueblo encomendado para llegar a Dios por la Sangre de Jesús, siguiendo el camino nuevo y viviente que Él nos abrió (Heb. 10, 19b-20a)».
Sergio Fenoy nació en 1959. Fue ordenado sacerdote en 1983. En 1999 fue nombrado Obispo Titular de Satafis y Auxiliar de Rosario y recibió la consagración episcopal el 21 de mayo de ese año. A fines de 2006 fue trasladado como Obispo de San Miguel; tomó posesión de su sede en marzo de 2007. Hace algunas semanas fue promovido a Arzobispo de Santa Fe en reemplazo de monseñor Arancedo; mañana toma posesión de su nueva sede arzobispal.
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