Fernando Croxatto nació en 1956 y fue ordenado sacerdote en 1986 para la Arquidiócesis de Buenos Aires, pero en 2000 se incardinó en la diócesis chaqueña de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña. Sin embargo, en 2014 cambió abruptamente de área geográfica: del caluroso norte pasó al extremo sur, ya que fue designado Obispo Titular de Fissiana y Auxiliar de Comodoro Rivadavia, en la Patagonia argentina. En agosto de 2017 fue promovido a Obispo de Neuquén, sede que asumió el 22 de septiembre subsiguiente.
Vemos su escudo episcopal en varias fotos de dos ocasiones distintas: su ordenación y su instalación como Obispo de Neuquén.
Un medio local del Chaco, con ocasión de la primera de las ocasiones, publicó lo siguiente:
«Miles de estampas fueron esparcidas entre la multitud con la imagen de su escudo episcopal, creado por el mismo monseñor Fernando Croxatto y diseñado por la artista plástica Martha Cesani. Al dorso de la imagen reza:
“La cruz que se hace corazón: es el corazón de Jesús, lleno de Amor, por todos y cada uno de los hombres, vida y fuente del corazón del pastor.
Los colores de los 5 continentes: Expresan el corazón universal para la Misión.
Las vasijas con el vino de Caná: Con María, lanzarme a compartir la vida cotidiana, con su cercanía y la fuerza del hagan lo que él les diga (Jn.2,5), y así no falte el buen vino en la mesa de la realidad de los hombres.
El color rojo: Arranca desde abajo y quiere abrazarlo todo: Fuego he venido a traer a la tierra, cuanto desearía que estuviera ardiendo (Lc.12,49). Es el espíritu que debe animar, guiar y empujar toda misión de la Iglesia”».
Estamos en presencia de un escudo muy mediocre, completamente alejado de las pautas heráldicas.
Notemos también el anómalo báculo pastoral, sin curvatura, que usó el obispo en la toma de posesión de su sede neuquina (también presente en una de las fotos del primer collage). Recordemos que la curvatura del báculo tiene una explicación simbólica y litúrgica.
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