Inmediatamente después de la elección del papa León XIV, surgieron en los medios y en las redes diversas hipótesis acerca de cuál sería su escudo pontificio, así como muchas versiones tentativas y provisorias basadas en su escudo cardenalicio.
Finalmente, el 14 de mayo se dio a conocer en los medios oficiales del Vaticano la explicación del escudo, pero, a nuestro entender y el de algunos entendidos, con algunas inconsistencias.
Basándonos en aquella explicación oficial, pero añadiendo, quitando, señalando o corrigiendo detalles, dedicamos la entrada de hoy -día en que tiene lugar la solemne misa de inicio del ministerio petrino del Obispo de Roma- al escudo del nuevo papa, Su Santidad León XIV. Las tres fotos que mostramos a continuación (el actual pontífice en la Argentina) justifican que le demos un lugar en este Blog.
Pero antes que nada aportemos algunos datos sobre el nuevo Pontífice:
Roberto Francisco Prevost nació en Chicago el 14 de septiembre de 1955. Ingresó en 1977 en la Orden de San Agustín, en la que hizo votos solemnes en 1981; unas semanas después fue ordenado diácono. Al año siguiente recibió la ordenación sacerdotal. De septiembre de 2001 al mismo mes de 2013 fue Superior General de su orden religiosa. En noviembre de 2014 fue preconizado Obispo Titular de Sufar y Administrador Apostólico de Chiclayo, en la República del Perú, sede que quedaba vacante tras habérsele aceptado la renuncia, por edad, al hasta entonces obispo de esa diócesis. Recibió la consagración episcopal el día de la Virgen de Guadalupe de ese mismo año en la Catedral de Chiclayo, cuya Titular es Santa María. El 26 de septiembre de 2015 pasó a ser Obispo de Chiclayo.
En enero de 2023 fue nombrado Arzobispo ad personam, Prefecto del Dicasterio para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, cargos que asumió el 12 de abril de ese año.
En el consistorio del 30 de septiembre de 2023 fue creado Cardenal Diácono de Santa Mónica.
El 6 de febrero de este año 2025 fue elevado a la dignidad de Cardenal Obispo de la sede suburbicaria de Albano. El 8 de mayo fue elegido Papa y eligió el nombre de León XIV.
Pasemos a su escudo.
En primer lugar transcribimos el blasonamiento oficial:
Blasón:
Tajado: en el primer campo, de color azul, con un lirio de plata; en el segundo, de color blanco, con un corazón ardiente atravesado por una flecha colocada en barra, todo de color rojo y sostenido por un libro al natural.
El escudo está timbrado por una mitra de plata, adornada con tres bandas de oro unidas por un palo del mismo metal, con las ínfulas revoloteando, forradas de rojo, adornadas con cruces y flecos de oro, y unidas a las llaves de San Pedro cruzadas y superpuestas, la de banda de oro y la de barra de plata, unidas por un cordón rojo.
 |
Versión oficial |
Quizás deberíamos decir, mejor:
Tajado. 1° de azur, una flor de lis de plata; 2° de plata, un corazón ardiente atravesado por una flecha colocada en barra, todo de gules, y sostenido por un libro al natural.
Respecto de los ornamentos exteriores dice la explicación oficial:
Al timbre, una mitra de plata, adornada con tres bandas de oro unidas por un palo del mismo metal, con las ínfulas revoloteando, forradas de rojo, adornadas con cruces y flecos de oro. Acoladas al escudo las llaves de San Pedro cruzadas y superpuestas, la de banda de oro y la de barra de plata, unidas por un cordón rojo.
Pero la mitra-tiara es un extraño invento reciente, de modo que siempre preferiremos la tradicional tiara pontificia, como en las versiones que iremos viendo.
Explicación oficial:
El escudo del Santo Padre León XIV eleva, sobre un fondo azul, color que evoca las alturas del cielo y se caracteriza por su valor mariano, un símbolo clásico en referencia a la Santísima Virgen María, el lirio (flos florum).

En el otro campo, de color blanco, destaca el emblema de la Orden Agustina, un corazón ardiente atravesado por una flecha. Esta figura representa simbólicamente las palabras de San Agustín recogidas en el libro de las Confesiones: «Sagittaveras tu cor meum charitate tua», («Has herido mi corazón con tu amor»). Se trata de un elemento que, desde el siglo XVI, estará siempre presente en el emblema de los agustinos, aunque con diferentes variantes, como la presencia del libro que simboliza la Palabra de Dios, capaz de transformar el corazón de todo ser humano, como lo hizo con Agustín. El libro recuerda también las iluminadas obras que el Doctor de la Gracia regaló a la Iglesia y a la humanidad. El blanco (en el escudo papal en tono marfil) es un color que se repite en otros escudos de órdenes religiosas y puede interpretarse como símbolo de santidad y pureza.
El lema, «In Illo uno unum» («En el único Cristo somos uno»), retoma las palabras que San Agustín pronunció en un sermón, la Exposición sobre el Salmo 127, para explicar que «aunque los cristianos somos muchos, en el único Cristo somos uno».
Don Antonio Pompili
Vicepresidente del Instituto Heráldico Genealógico Italiano
Es muy extraña esa referencia al «fondo marfil» del segundo campo, descripto como blanco; en otra publicación de Vatican News dice que ese campo «tiene un fondo claro» (sic).
También en medios vaticanos se dice que el corazón atravesado por una flecha alude a la frase «Vulnerasti cor meum verbo tuo», «Has traspasado mi corazón con tu Palabra», que aunque conserva el mismo sentido, no es la de la versión oficial.
Podemos añadir algunos detalles.
La flor de lis, dice el Diccionario de Símbolos de Cirlot, es una
flor heráldica que no existe en la naturaleza. Símbolo real desde la Alta Antigüedad. EI emblema tiene por base un triángulo, que representa el agua. Encima se halla una cruz (conjunción y realización espiritual), ampliada con dos hojas simétricas que se enrollan sobre la rama horizontal. La central se eleva recta hacia el cielo, simbolizando su propia expresión. En la Edad Media se consideró como emblema de la iluminación y atributo del Señor.
Según "La Biblia de los signos y de los símbolos" leemos:
El lirio simboliza la realeza y la protección divina. La flor de lis, un lirio estilizado, ha representado a Francia y a su familia real desde el siglo XII. (...) Los tres pétalos de lis representan la fe, la sabiduría y el valor.
Su uso es antiquísimo y muy extendido, no sólo en el campo de la Heráldica.
En el ámbito católico es, como se dijo arriba, un típico símbolo mariano; un lirio o azucena, símbolos de pureza, suelen aparecer en escenas de la Anunciación y en otras representaciones de la Virgen.
 |
Vitral de la Anunciación en la iglesia San Agustín (foto propia) |
El libro "Iconografía del Cristianismo" de Luis Monreal y Tejada señala en la entrada flor de lis:
Simboliza la pureza y aparece siempre con esa significación. A efectos iconográficos, no hay diferencia entre lirio y azucena.
En el escudo episcopal del actual Pontífice, creado con ocasión de su ordenación episcopal en 2014, la flor de lis representa a la Virgen Inmaculada porque la Inmaculada Concepción es la Patrona de la que fue su diócesis, la ciudad de Chiclayo en el Perú. Lo dice expresamente la página de esa diócesis:
Es una tradición de larga data en la Iglesia Católica que cada Obispo tenga un “escudo” compuesto por el escudo mismo, el lema y los adornos externos, elegidos para representar simbólicamente algunos aspectos del hombre que ha sido llamado a servir a la Iglesia como Obispo. De acuerdo a las costumbres de la heráldica eclesiástica, el lado izquierdo de la figura (como lo vemos, porque es el “lado derecho” del que se llevaba el escudo, el “empalamiento derecho”) se dedica a la jurisdicción territorial en el cual sirve el Obispo. En el caso del escudo de armas de Monseñor Prevost, nos encontramos con una blanca “flor de lis” sobre un fondo azul, que representa a la Virgen María bajo la advocación de la “Inmaculada Concepción”, que es la Patrona de la Diócesis de Chiclayo.
La flor de lis también aparece a veces como atributo de San José, en cuyo bastón, según dice una leyenda, habrían florecido uno o tres lirios.
 |
Imagen de San José en la iglesia San Agustín (foto propia) |
 |
Lirio blanco |
La flor de lis también se utiliza como representación de la Santísima Trinidad, debido a sus tres pétalos.
 |
Lirio morado |
Sigamos leyendo la página diocesana de Chiclayo:
El lado derecho de la figura (el “empalamiento siniestro”) es habitualmente indicativa de la persona que se nombra Obispo. En el escudo de armas de Monseñor Prevost, nos encontramos con el sello de la Orden de San Agustín, lo que indica claramente la comunidad religiosa de la que el nuevo Obispo fue llamado a servir. Esto es particularmente importante ya que antes de ser llamado al episcopado, Monseñor Prevost sirvió como Prior General de la Orden de San Agustín durante doce años.
En efecto, en el segundo campo están los símbolos del escudo de la Orden de San Agustín, a la que pertenecía el Pontífice.
 |
Escudo de la Orden de San Agustín en la entrada de la iglesia homónima (foto propia) |
 |
Emblema con los símbolos de la Orden de San Agustín y la frase "Tolle, lege" en un pasillo lateral de la iglesia de San Agustín (foto propia) |
 |
Emblema agustino estilizado en la Secretaría Parroquial junto a la iglesia San Agustín |
Los escudos de los agustinos (OSA) y de los agustinos recoletos (OAR) son muy semejantes y se diferencian sólo en algunos detalles.
Pasemos al lema «In Illo uno unum»: son palabras tomadas del sermón de San Agustín sobre el Salmo 127. El texto del salmo dice:
¡Feliz el que teme al Señor
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y todo te irá bien.
Tu esposa será como una vid fecunda
tus hijos, como retoños de olivo
el hombre que teme al Señor!
¡Que el Señor te bendiga desde Sión
todos los días de tu vida:
que contemples la paz de Jerusalén
y veas a los hijos de tus hijos!
Y San Agustín comenta (en el párrafo 3):
Hay un hombre que así es bendecido, y únicamente teme al Señor aquel que se halla entre los miembros de este hombre; son muchos hombres y un hombre solo; muchos cristianos y un solo Cristo. Estos cristianos, con su Cabeza, que subió al cielo, son un solo Cristo; no es Él uno y nosotros muchos, sino que, siendo nosotros muchos en Aquel uno, somos uno. Luego Cristo es uno, Cabeza y Cuerpo. ¿Cuál es su Cuerpo? Su Iglesia, conforme dice el Apóstol: Somos miembros de su Cuerpo; y: Vosotros sois Cuerpo de Cristo y miembros. Entendamos, pues, la voz de este hombre en cuyo Cuerpo somos un hombre solo, y allí veremos estos bienes verdaderos de Jerusalén. Si atiendes a estos bienes con ojo terreno, a la muchedumbre de hijos y nietos, a la fertilidad y fecundidad de la esposa, no son bienes de aquella Jerusalén, porque todos estos bienes se hallan en la tierra de los que mueren, y ésta es tierra de los que viven. No reputes como cosa extraordinaria tener hijos que han de morir, si no antes de ti, ciertamente después. ¿Quieres tener hijos que jamás han de morir y siempre han de vivir contigo? Pertenece al Cuerpo de Aquel de quien se dijo: Vosotros sois Cuerpo de Cristo y miembros.
Añade la página diocesana de Chiclayo:
Quienes conformamos la Diócesis, hemos de agradecer a Dios porque nos da Pastores que nos ayudan a seguir testimoniando el verdadero amor de Cristo en los hermanos. A este propósito, evocaba la imagen del Escudo episcopal de nuestro Obispo de Chiclayo, en el que se aprecian las palabras latinas escogidas como lema episcopal: “In Illo uno unum”. Estas palabras provienen de un sermón de San Agustín (Enarrationes Salmo 127) y son una abreviatura de la afirmación de Agustín: NOS MULTI in illo UNO UNUM: a pesar de que los cristianos somos muchos, “en el único Cristo somos todos UNO”. Monseñor Robert Prevost eligió este lema para afirmar que el Obispo está llamado a promover la auténtica unidad entre todas las personas, y que esta unidad sólo puede llegar a ser realidad cuando tenemos comunión en Cristo. Nuestra iglesia enseña que la Eucaristía es la “fuente y culmen” de la vida cristiana. La Eucaristía influye toda nuestra vida. Es la fuente que nos permite vivir el gran mandamiento de Cristo: amar a Dios completamente y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. La Eucaristía nos lleva a una comunión más profunda con Dios y con nuestro prójimo. En su hermosa Exhortación sobre la Eucaristía, el Papa Benedicto XVI describió el nexo entre la comunión eucarística y la comunión de las personas. Escribió: “La comunión tiene siempre y de modo inseparable una connotación vertical y una horizontal: comunión con Dios y comunión con los hermanos y hermanas. Las dos dimensiones se encuentran misteriosamente en el don eucarístico. “Donde se destruye la comunión con Dios, que es comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo, se destruye también la raíz y el manantial de la comunión con nosotros. Y donde no se vive la comunión con el Dios Trinitario”. (Benedicto XVI, Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis n.76). Todo aspecto de nuestra vida se redefine con un nuevo brillo y claridad, un nuevo significado y capacidad mediante la Eucaristía. Esta es la verdadera maravilla de la Eucaristía, que no solo nos transforma, sino que Cristo transforma también lo que hacemos en comunión con otros. En la Eucaristía vivimos una “nueva creación” en nuestra vida y de “todo el orden creado”. Cristo puede entrar a la cultura y crear una civilización, la que San Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI llamaron una “nueva civilización del amor”.
En palabras del actual Papa: «Como se desprende de mi lema episcopal, la unidad y la comunión forman parte del carisma de la Orden de San Agustín y también de mi forma de actuar y pensar. Creo que es fundamental promover la comunión en la Iglesia (...) Como agustino, para mí promover la unidad y la comunión es fundamental. San Agustín habla mucho de la unidad en la Iglesia y de la necesidad de vivirla».
Al pie de la foto oficial del Romano Pontífice -publicada anteayer- aparece su escudo; el segundo campo, definido oficialmente primero como "blanco" lleva ese tono luego llamado "marfil"... Nosotros preferimos entender que, si no es de plata, entonces es de oro.
No hace falta aclarar los motivos por los cuales optamos por ilustrar esta entrada con fotos tomadas en la iglesia porteña dedicada a San Agustín.