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miércoles, 1 de abril de 2020

500 AÑOS DE LA PRIMERA MISA CELEBRADA EN TERRITORIO ARGENTINO


(...)

Loberías insomnes ven llegar cinco naves,
 las mira el horizonte de San Julián al este.
Las ven los cormoranes con milenios de asombros,
 y el patagón bravío que impacienta su hueste. 

Escudo de Puerto San Julián
y "logo" alusivo al V Centenario de la primera misa

La Nao Capitana lleva anclada en su casco,
 Trinidad, la palabra  que le marca un destino.
El mesana flamea la bandera de España,
 pero el mástil de proa roza un cielo argentino. 

Bandera de proa de España (actual)

Bajan aquellos hombres como bajan los héroes,
marcialmente callados, superando pesares,
la cicatriz por yelmo cuando hasta al alma hiere,
la dura peripecia clavada en los ijares. 

Escudo de Sanlúcar de Barrameda

Magallanes, quién sabe si cayó de rodillas,
si añoró de Sanlúcar  sus pueblerinos tramos,
junto a un mapa sin bordes, su antañón calendario
le marcaba la fiesta del Domingo de Ramos.

Escudo de Fernando de Magallanes

Como aquel que bendice los soplos de los vientos
su mano trazó el sitio del mayor abordaje:
el altar con la cruz, el sagrario, los cirios,
un retablo de océano hecho espuma y celaje. 

Escudo de la Prefectura San Julián

Imagino los brazos que acarrearon las piedras,
mojados de salitre, heridos del casquijo,
para dar forma al ara de gólgota y de mesa
erigiendo en la cima, austero, el Crucifijo.

Monumento a la primera misa en territorio argentino

Pedro de Valderrama se  reviste despacio,
se recuerda muy joven en su hogar ecijano,
el cíngulo lo aferra, la casulla lo inviste,
se inclina con un beso sobre el misal romano. 

Escudo de Écija

Contritos, genuflexos, marinos o soldados,
 veteranos de hazañas contra el moro tenaz,
contemplan la hostia blanca, la contempla el nativo,
forman arcos de olivo sobre esa patria agraz. 

Réplica de la nao Victoria en Puerto San Julián

Algo que ahora llamamos lágrimas de alegría
y que entonces fue estío mojando las acacias,
retumbó en el desierto ante el primer Pan Vivo,
al  Ite missa est  decían: Deo gratias.


En este día en que celebramos los 500 años de la primera misa celebrada en territorio argentino, publicamos un fragmento (omitimos sólo las dos estrofas iniciales) de una bellísima poesía de Antonio Caponnetto, y algunas imágenes -la mayoría de naturaleza heráldica- que ilustran algunos detalles del texto. En el epígrafe de ciertas imágenes pueden hallarse enlaces hacia otras entradas de nuestro Blog en que nos ocupamos de esos escudos o símbolos.


Al habernos acercado de este modo heráldico a ese «jalón espiritual de la geografía argentina» hacemos nuestras las palabras de Pablo VI hace 50 años con ocasión de la misma fecha:

«Esa efemérides, evocadora de tantas memorias en la historia religiosa, congregará (...) a numerosos hijos de la Patria y de la Iglesia en torno a un mismo Altar eucarístico. A él nos acercamos también nosotros para adorar a Cristo y agradecerle los dones que, con su presencia real y sustancial, ha ido derramando sobre la amadísima Argentina; nos acercamos con un deseo y una plegaria: que la Eucaristía, perpetuación de la Ultima Cena y del Sacrificio del Gólgota, sea siempre y efectivamente, en la trayectoria de la comunidad católica nacional y en la vida de cada uno de sus miembros, un sacramento de piedad que los mantenga fuertes y fieles en su conducta cristiana haciéndoles saborear el gozo de sentirse Hijos de Dios, un signo de unidad que los inserte cada vez más en Cristo y dinámicamente los proyecte a convertir en realidad las exigencias del orden civil y moral, un vínculo de caridad que fomente la dulce fraternidad, la unión de espíritus y la superación de diferencias» ¹.


Escudo de monseñor Mauricio Magliano

¹  Pablo VI, Carta a Mauricio Magliano, Obispo de Río Gallegos, con motivo del 450 aniversario de la primera misa celebrada en la Argentina, 19 de marzo de 1970

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