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miércoles, 29 de abril de 2020

"Los animales en el blasón"

En el número 2138 de la revista Caras y Caretas, aparecido en septiembre de 1939, puede leerse una nota titulada "Los animales en el blasón". Gracias a la labor de la Biblioteca Nacional de España, que tiene digitalizadas todas las ediciones de esa célebre revista argentina, podemos mostrar a continuación la página correspondiente:


Para facilitar su lectura,  transcribimos a continuación el texto de la nota, que ilustraremos con escudos argentinos que contengan algunos de los animales mencionados; al pie de cada imagen, el enlace a la entrada correspondiente de nuestro Blog.

«BLASÓN. — Conjunto de armas ó signos, divisas y figuras que componen el escudo de armas.
La ciencia del blasón es muy antigua, pero en el siglo XII los escudos de armas tomaron un carácter regular y hereditario, se hicieron cartas o títulos donde estaban escritas las pruebas y figuraban los blasones de las familias.
Según unos la palabra blasón viene del antiguo francés "blazón", que significa escudo. También es el arte de explicar y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o persona. Otros aseguran que la etimología más verosímil de la palabra blasón, la hace derivar del alemán "Blasen" (tocar la trompeta de caza).
Es ilimitado el número de figuras que se emplearon, ya que son emblemas de las cualidades del poseedor del escudo. Cuatro grupos de ellas admite la Heráldica a saber: 1°. figuras propias heráldicas, 2", figuras naturales, 3°. figuras artificiales y 4". figuras quiméricas.
No nos ocuparemos sino del segundo grupo y en él de los animales.

¡Los animales! Los antiguos rendían culto religioso a los animales, demostrando con esto gran sabiduría, pues ellos representaban las virtudes de que estaban dotados. 
Los egipcios colocaron entre las divinidades el águila de Tebas y la lechuza de Sais, el buitre de los Faraones y el gerifalte del Delta, el cocodrilo del Nilo y el ibis del Moéris, la grulla, el cuervo, la cigüeña, el perro, el gato, el lobo, el camero, la oveja, la carpa, la cierva. Las paredes de los templos de Heliópolis y de Elefantina, las pirámides de Menfis, los obeliscos de Anysis estaban matizados con imágenes de estos dioses terrestres.

Perito Moreno
(Santa Cruz)

Los asirios adoraban los caballos, las palomas y los peces. Los fenicios tenían una paloma por Dios y por insignia. La ternera fué sagrada entre los hindúes que reverenciaban también al gavilán de pecho blanco y más todavía al cisne, y por su parecido con este último, oraban ante los gansos. El mono blanco de barba roja, el pez azul del Ganges, el elefante de Delhi reinaron en el Olimpo Hindú. El nalla-pamba, la terrible serpiente de Malabar fué compañera de Visnú.
Los griegos consagraron el lince, el cuervo, la corneja y el cisne a Apolo, el gallo a Mercurio, el perro a los Dioses Lares, el toro a Neptuno, el caballo a Marte, la serpiente a Esculapio, la vaca y el ciervo a Diana, el pavo real a Juno, la lechuza a Minerva, la paloma y el gorrión a Venus, al alción a Tetis, el macho cabrío a Baco, el fénix al sol, el águila a Júpiter, y el puerco a Ceres.
¡Pero, qué brillo conquistó el simbolismo de los animales en el blasón!


Abadía Santa Escolástica

No diremos nada sobre Iconología. que es la manifestación del espíritu vulgar. El gallo es considerado como el emblema de la vigilancia, la tortuga de la castidad, la tórtola de la fe conyugal, la paloma de la sencillez, el pavo real de la vanidad, el tigre de la ferocidad, el león del coraje, el puerco de la glotonería, el arrendajo de la charla, el perro de la fidelidad, la corneja de la longevidad, el lobo de la rapiña, el zorro de la astucia, la hormiga de la economía, el asno de la ignorancia, la mula de la terquedad, la liebre de la timidez.

Pero el blasón no quiso de estos símbolos de las calles, buscó sus inspiraciones más alto, mucho más alto, en la antigüedad, también en la Edad Media, en la Ciencia como en las tradiciones, La Iconología no es más que el primer escalón del simbolismo; en la cima está el arte heráldico.
Sin embargo, es necesario confesar que se observa que ciertas fuentes del blasón son muy curiosas».

Publicamos esta entrada en el Día del Animal.

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