En el número 2138 de la revista Caras y Caretas, aparecido en septiembre de 1939, puede leerse una nota titulada "Los animales en el blasón". Gracias a la labor de la Biblioteca Nacional de España, que tiene digitalizadas todas las ediciones de esa célebre revista argentina, podemos mostrar a continuación la página correspondiente:
Para facilitar su lectura, transcribimos a continuación el texto de la nota, que ilustraremos con escudos argentinos que contengan algunos de los animales mencionados; al pie de cada imagen, el enlace a la entrada correspondiente de nuestro Blog.
«BLASÓN. —
Conjunto de armas ó signos, divisas y figuras que componen el escudo de armas.
La
ciencia del blasón es muy antigua, pero en el siglo XII los escudos de armas
tomaron un carácter regular y hereditario, se hicieron cartas o títulos donde
estaban escritas las pruebas y figuraban los blasones de las familias.
Según
unos la palabra blasón viene del antiguo francés "blazón", que
significa escudo. También es el arte de explicar y describir los escudos de
armas de cada linaje, ciudad o persona. Otros aseguran que la etimología más
verosímil de la palabra blasón, la hace derivar del alemán "Blasen"
(tocar la trompeta de caza).
Es
ilimitado el número de figuras que se emplearon, ya que son emblemas de las
cualidades del poseedor del escudo. Cuatro grupos de ellas admite la Heráldica
a saber: 1°. figuras propias heráldicas, 2", figuras naturales, 3°.
figuras artificiales y 4". figuras quiméricas.
No nos
ocuparemos sino del segundo grupo y en él de los animales.
¡Los
animales! Los antiguos rendían culto religioso a los animales, demostrando con
esto gran sabiduría, pues ellos representaban las virtudes de que estaban
dotados.
Los egipcios colocaron entre las divinidades el águila de Tebas y la lechuza de Sais, el buitre de los Faraones y el gerifalte del Delta, el cocodrilo del Nilo y el ibis del Moéris, la grulla, el cuervo, la cigüeña, el perro, el gato, el lobo, el camero, la oveja, la carpa, la cierva. Las paredes de los templos de Heliópolis y de Elefantina, las pirámides de Menfis, los obeliscos de Anysis estaban matizados con imágenes de estos dioses terrestres.
Los egipcios colocaron entre las divinidades el águila de Tebas y la lechuza de Sais, el buitre de los Faraones y el gerifalte del Delta, el cocodrilo del Nilo y el ibis del Moéris, la grulla, el cuervo, la cigüeña, el perro, el gato, el lobo, el camero, la oveja, la carpa, la cierva. Las paredes de los templos de Heliópolis y de Elefantina, las pirámides de Menfis, los obeliscos de Anysis estaban matizados con imágenes de estos dioses terrestres.
Perito Moreno (Santa Cruz) |
Los asirios
adoraban los caballos, las palomas y los peces. Los fenicios tenían una paloma
por Dios y por insignia. La ternera fué sagrada entre los hindúes que reverenciaban
también al gavilán de pecho blanco y más todavía al cisne, y por su parecido
con este último, oraban ante los gansos. El mono blanco de barba roja, el pez
azul del Ganges, el elefante de Delhi reinaron en el Olimpo Hindú. El
nalla-pamba, la terrible serpiente de Malabar fué compañera de Visnú.
Los
griegos consagraron el lince, el cuervo, la corneja y el cisne a Apolo, el
gallo a Mercurio, el perro a los Dioses Lares, el toro a Neptuno, el caballo a
Marte, la serpiente a Esculapio, la vaca y el ciervo a Diana, el pavo real a
Juno, la lechuza a Minerva, la paloma y el gorrión a Venus, al alción a Tetis,
el macho cabrío a Baco, el fénix al sol, el águila a Júpiter, y el puerco a
Ceres.
No
diremos nada sobre Iconología. que es la manifestación del espíritu vulgar. El
gallo es considerado como el emblema de la vigilancia, la tortuga de la
castidad, la tórtola de la fe conyugal, la paloma de la sencillez, el pavo real
de la vanidad, el tigre de la ferocidad, el león del coraje, el puerco de la
glotonería, el arrendajo de la charla, el perro de la fidelidad, la corneja de
la longevidad, el lobo de la rapiña, el zorro de la astucia, la hormiga de la
economía, el asno de la ignorancia, la mula de la terquedad, la liebre de la
timidez.
Pero el
blasón no quiso de estos símbolos de las calles, buscó sus inspiraciones más
alto, mucho más alto, en la antigüedad, también en la Edad Media, en la Ciencia
como en las tradiciones, La Iconología no es más que el primer escalón del
simbolismo; en la cima está el arte heráldico.
Sin embargo,
es necesario confesar que se observa que ciertas fuentes del blasón son muy
curiosas».
Publicamos esta entrada en el Día del Animal.
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