Esta es la entrada número 500 de este Blog.
Hoy se cumplen diez años de la consagración episcopal de monseñor Andrés Stanovnik, actual Arzobispo de Corrientes, quien, por otra parte, cumplió ayer 62 años.
Nació en Buenos Aires en una familia de origen esloveno. En 1978 hizo la Profesión Perpetua en la Orden Franciscana de los Frailes Menores Capuchinos, y el 2 de septiembre de ese mismo año fue ordenado presbítero en la iglesia porteña de Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
Tras ejercer varios e importantes cargos en la Orden Capuchina, fue designado Obispo de Reconquista en 2001 y recibió la ordenación episcopal, como se dijo, el 16 de diciembre de ese año.
En 2007 fue promovido a Arzobispo de Corrientes, cargo que asumió -en otra coincidencia de fechas- el día de su cumpleaños, 15 de diciembre de ese año.
En 2007 fue promovido a Arzobispo de Corrientes, cargo que asumió -en otra coincidencia de fechas- el día de su cumpleaños, 15 de diciembre de ese año.
Su escudo episcopal, que encabeza esta entrada en una versión de pequeño tamaño y con cruz y borlas arzobispales, se aprecia mejor en esta imagen, que mantiene la cruz y las borlas propias de la dignidad episcopal:
Tomamos la descripción del escudo de monseñor Stanovnik de la página web de la Diócesis de Reconquista, de la que fue Pastor durante 6 años:
"En el centro se delinean los trazos de un icono Bizantino en forma de cruz, en cuyo original se destaca la figura del Cristo Glorioso con las señales de la pasión en su cuerpo y, a su costado, aparecen resaltadas las figuras de María, la Madre de Jesús y la de San Juan Evangelista. Sobre una bandera flotante se recoge la frase de María en las Bodas de Caná del Evangelio de San Juan: "Hagan lo que Él les diga" (Jn. 2,5). El escudo está marcado por la cruz episcopal en oro.
La centralidad del icono de Cristo revela quién es Aquel a quien debemos reconocer, acoger y hacer lo que Él nos diga. La frase del lema, muestra a la Virgen como mujer atenta, discreta y eficaz, preparando e indicando el camino que nos conduce al encuentro con Cristo. Esa actitud ejemplar y contemplativa de María nos sugiere cómo debemos estar atentos y seguir las indicaciones de Cristo para responder con fidelidad a nuestra misión.
Ante este icono, conocido como el Cristo de San Damián, Francisco de Asís en ferviente oración, sintió la siguiente invitación: "Francisco, ¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala". Este fue el inicio de un gran amor de Francisco de Asís por la Iglesia y por los que en ella más sufren. La vocación cristiana y católica de Francisco fue madurando en su profunda identificación con el crucificado. Hizo en su vida lo que Él le dijo.
La cruz episcopal, que timbra el escudo, representa el contenido y la misión del pastor, cuya primera tarea es señalar a Aquél, de quien la Iglesia, en ferviente oración y escucha oirá lo que tiene que hacer".
Se trata indudablemente de unas armas curiosas y fuera de lo común.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario