Los días 12 y 13 de agosto de 2013 nos referimos al escudo episcopal de monseñor Juan Nepomuceno Terrero, quien fue Obispo Titular de Derco y Auxiliar de Buenos Aires de 1898 a 1900, y Obispo de La Plata entre 1901 y 1921.
Mostramos en la primera ocasión la medalla que recordaba la toma de posesión de su sede (que acabamos de volver a ver), y nos detuvimos al día siguiente en el blasón propiamente dicho (que apreciamos más abajo en una versión que hallamos ahora en la Red).
Ahora bien, durante una visita a la Basílica Nacional de Nuestra Señora de Luján, en diciembre de 2014, me llamó la atención un escudo que aparecía en el respaldo de algunos de los asientos destinados a los ministros sagrados en el presbiterio del grandioso templo:
Como fácilmente se aprecia, se trata del escudo de monseñor Terrero y Escalada, pero sin los ornamentos exteriores que indican su condición episcopal, y con el campo del escudo diseñado en el estilo que suele llamarse "francés antiguo". Para la descripción y explicación del escudo, puede el lector referirse a las entradas publicadas en agosto de 2013, que mencionamos arriba.
Luján pertenecía entonces a la jurisdicción de la diócesis platense, creada en 1897. Su primer obispo, monseñor Espinosa, nombrado en 1898, fue muy pronto promovido a la Arquidiócesis de Buenos Aires, por lo que a le tocaron a monseñor Terrero, en su largo pontificado, las mayores responsabilidades vinculadas con la construcción del magnífico templo consagrado a la Virgen de Luján.
Luján pertenecía entonces a la jurisdicción de la diócesis platense, creada en 1897. Su primer obispo, monseñor Espinosa, nombrado en 1898, fue muy pronto promovido a la Arquidiócesis de Buenos Aires, por lo que a le tocaron a monseñor Terrero, en su largo pontificado, las mayores responsabilidades vinculadas con la construcción del magnífico templo consagrado a la Virgen de Luján.
Así, en 1904, en un marco de gran fervor popular, monseñor Terrero presidió el traslado de la sagrada imagen mariana desde el Santuario llamado "de Lezica" al nuevo camarín en la imponente iglesia neogótica que se estaba construyendo; en 1910, monseñor Terrero bendijo solemnemente las naves del templo, habilitándolas para las celebraciones litúrgicas mientras se continuaba la construcción del resto.
De modo que la actual Basílica está profundamente ligada con la figura del ilustre obispo cuyo escudo adorna algunas de las sedes de los celebrantes y ministros sagrados.
Publicamos esta entrada al celebrarse cada 8 de mayo (aunque la celebración es impedida este año por caer en Domingo del Tiempo Pascual) la Solemnidad de Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Argentina.
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