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martes, 21 de agosto de 2012

El cuadro de la Sala Capitular del Cabildo


En la entrada del 27 de agosto de 2010 nos ocupamos del célebre cuadro que preside la Sala Capitular del Cabildo de Buenos Aires, y prometimos volver sobre el tema.  Lo hacemos ahora, casi dos años después, mediante  dos entradas consecutivas,  la de hoy y la de mañana.



En esta nota, seguiremos a grandes rasgos el contenido de un artículo publicado en el número 157 del Boletín del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas (edición correspondiente a los meses de mayo-junio de 1988). El artículo se titula "UNA ANTIGUA REPRESENTACIÓN DEL ESCUDO DE BUENOS AIRES",  y su autor es  Arcadio Botar y Boros. Cuando lo citemos, lo haremos en cursiva, como es práctica habitual en este Blog. (Hay que advertir, sin embargo, que dicho Boletín -disponible en la Red- es un conjunto de hojas mecanografiadas y luego escaneadas; en ocasiones, a causa de la baja calidad del escaneo, algunas palabras quedan recortadas, y hay que reconstruirlas a partir del sentido del texto y del sentido común;  también hemos hecho algunas correcciones menores de índole gramatical y ortográfica).

La nota de Botar y Boros nos ayuda a describir, en primer lugar, el cuadro que fue testigo de nuestro nacimiento como nación: «se observa una pintura representando el escudo imperial  de España (el conocido cuartelado de Carlos I) y pendiente del Toisón de Oro que rodea al mismo, una cartela que muestra adosado el blasón que se puede definir como el tercero de nuestra ciudad». El primero, según esta numeración es el de Garay de 1580, y el segundo es el propuesto en 1615 (nunca confeccionado, por lo que sabemos) con un pelícano y cinco hijos.

Alrededor de esos blasones, arriba, las figuras de los Patronos de Buenos Aires: Nuestra Señora de las Nieves y San Martín de Tours;  abajo, dos barcos a ambos lados del escudo porteño.



Nos centraremos hoy en el escudo superior, el de España, así descripto en la nota que comentamos: 

1) Contracuartelado de Castilla y León; 2) partido de Aragón y Dos Sicilias; sobre la partición principal entado de Granada, y sobre la misma partición escusón brochante de  Navarra; 3) cortado de Austria y Borgoña antigua; 4) cortado de Borgoña moderna y Brabante, brochante sobre la partición principal, escusón partido de Flandes y Tirol. Rodea el escudo,  como ya hemos dicho, el Toisón de Oro del cual pende el escudo de Buenos Aires.




En este escudo,  el autor de la nota ve un detalle muy significativo que permitiría datar con cierta exactitud la confección de esta pintura.   Porque, si bien se tienen noticias del cuadro desde 1744, se ignora cuándo fue pintado. En efecto, en el acta del Cabildo del 4 de mayo de 1744, celebrada bajo la presidencia de   Domingo Ortiz de Rozas, consta que «...en atención a estar poco desente el dosel y armas acordaron que el procurador de esta ciudad haga otro  dozel nuebo y q. mande retocar las armas y ponerlas con la desensia devida»,  tal como dice la mencionada acta.

Es decir que el cuadro es anterior a 1744. «El retoque de las armas -dice Botar y Boros- no indicaba más que la limpieza de la pintura además del cambio del dosel, que en época de candelabros sufrirían el efecto del humo de las velas que en esos tiempos se usaban, a más del polvo que todo cubría».

Ahora bien, ¿cómo saber cuándo fue confeccionado realmente? Vamos a los argumentos de Botar y Boros.


El escudo, tal como lo hemos visto y descripto, hace evidente que el cuadro se pintó «bajo el Imperio de los Austrias, y más precisamente (por un detalle que paso a señalar) durante el reinado de Felipe IV. Este soberano, penúltimo de los Austrias, era hijo de Felipe III, Rey de España y 19° Rey de Portugal, tal como lo señalan sus armas, que muestran el escusón de las quinas brochante sobre la partición Castilla-León y Aragón y Dos Sicilias en punto de honor».

Escudo de Felipe III.
Nótese que el escudo de Portugal ocupa el lugar que, en el cuadro del Cabildo,
corresponde a las armas de Navarra.

«En 1621 fue coronado Felipe IV de España y 20 de Portugal, quien había casado el año anterior con Isabel de Borbón y Navarra,  hija de Enrique IV Rey de Francia y de Navarra transpirenaica (...). Es notable el hecho de que en el mismo punto heráldico en que Felipe III colocó las quinas de Portugal, figuran las cadenas navarras,  lo  cual es prueba inequívoca de la pertenencia de tal blasón a la época de Felipe IV (...)».

«Si se supone que el escudo de Buenos Aires fue pintado al mismo tiempo que el blasón imperial, formando el conjunto heráldico que muestra la pintura en estudio, debemos interpretar que si el tercer escudo fue creado un 5 de noviembre de 1649 evidentemente se pintó después de esta fecha».

Recordemos: según esta numeración, el primer escudo de Buenos Aires es el creado por Garay en 1580; el segundo, nunca confeccionado realmente, es el de los pelícanos en 1615; el tercero es el de Láriz de 1649. (El cuarto sería el que introduce en el campo del escudo los dos barcos  que hasta entonces se hallaban fuera de él).

Continuando con la información que permita datar con precisión el  famoso cuadro de nuestro Cabildo, Botar y Boros hace una observación interesante acerca de «un hecho curioso»:   El Rey Felipe IV «ya era viudo de la Reina Isabel de Borbón y Navarra desde 1644, y había contraído enlace con Mariana de Austria el 4 de Octubre de 1649, un mes antes de la fecha de creación del escudo de Buenos Aires que, como hemos visto, fue pintado pendiente de un escudo español  que ostenta en uno de sus cuarteles las armas navarras, pertenecientes a la reina fallecida cinco años antes de que fuera supuestamente pintado el escudo (si nos atenemos al año 1649,  fecha de su creación)».



«Este hecho indica que Felipe IV mantuvo durante su viudez la pretensión sobre la Navarra francesa, y aún hasta después de su muerte no se ordenaron cambios heráldicos en la pintura, manteniéndose en el mismo estado en época de los Borbones;  y durante el Virreynato no hubo orden alguna para agregar en abismo o centro del escudo las lises de Francia, limitándose los funcionarios del Cabildo a retocar o limpiar la pintura en 1744».

Escudo de Felipe V, el primer Borbón en el trono español.
Nótese el escusón con las tres lises de Francia

En base a este razonamiento concluye el autor que, «como hipótesis de trabajo»,  la pintura podría datarse «entre 1649, año de la creación del tercer escudo, y 1655 en que fallece Felipe IV».

Otro detalle significativo, aparentemente contradictorio con lo mencionado,  lo constituye la bordura del escudo inferior, el de Buenos Aires, que «trae el título de 'Muy Noble y Leal  Ciudad', conferido en 1716».  




«Si la pintura fue realizada después  de esa fecha -dice Botar y Boros- no se comprende que muestre en su centro el blasón propio de la dinastía anterior de los Habsburgo; y que en plena época de los Borbones no ostente el cuartel que los señale». 

Pero en tal caso «se podría suponer como hipótesis» que el escudo fue «repintado (...)  luego del decreto Real de 1716 que señalaba a Buenos Aires como "Muy Noble y Leal"; esto significaría que debajo de la pintura actual habría otra con armas quizá diferentes, por lo que sería importante analizar científicamente la misma para demostrar la existencia debajo de sus capas de otras figuras heráldicas, que se habrían pintado de acuerdo a las necesidades de la época. Estas técnicas, que incluyen radiografías, son utilizadas en nuestro país por los expertos en restauración para detectar la presencia de otras pinturas en estratos inferiores».

«Es de señalar, de todos modos, que la preocupación de las autoridades del Cabildo en todas las épocas hizo posible que llegara intacto hasta nuestro tiempo el testimonio heráldico quizás más importante y antiguo de nuestra Capital».

En efecto, el cuadro de la Sala Capitular del  Cabildo de Buenos Aires es el testimonio heráldico  más importante y antiguo de nuestra Ciudad, y frente a él juraron, el 25 de mayo de 1810,  quienes conformaron nuestro primer gobierno patrio. Volveremos mañana sobre el tema.

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