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domingo, 14 de septiembre de 2025

Escudo de Gastón de Orleans, Conde de Eu

Ayer mencionamos el combate de Acosta Ñu, especialmente recordado por la participación de niños formando parte de las tropas paraguayas. Tuvo lugar el 16 de agosto de 1869. Se trata de una de las últimas batallas de la Guerra de la Triple Alianza.

«En 1869, el ejército paraguayo estaba en retirada y Asunción ocupada por los aliados. Francisco Solano López se rehusó a rendirse, prometiendo continuar luchando hasta el fin. El comandante brasileño Luis Alves de Lima e Silva, Duque de Caxias, sugirió que la guerra estaba militarmente cerrada, pero Pedro II, emperador brasileño, exigía la rendición de Solano López». El duque se apartó por motivos de salud y fue sustituido por el yerno del emperador, Luis Felipe Gastón de Orleans, Conde de Eu. Bajo su comando, el ejército brasileño continuó la campaña en el Paraguay hasta matar a López el 1 de marzo de 1870.

Luis Felipe Gastón de Orleans, o simplemente Gastón de Orleans, era nieto de Luis Felipe I, quien era rey de Francia en el momento del nacimiento de Gastón (1842). En 1848 su familia se vio obligada a salir de Francia; pasó su infancia en Inglaterra y luego estudió la carrera militar en España. En 1864 viajó a Brasil para casarse con una de las hijas del emperador Pedro II, que no tenía hijos varones y quería asegurar la sucesión de la corona imperial. Gastón se casó con Isabel, la heredera del trono. Enseguida se incorporó a las fuerzas que estaban luchando en la Guerra de la Triple Alianza, aunque sin mando efectivo,  por ser extranjero. Sin embargo, como dijimos, más tarde reemplazó al Duque de Caixas. El Conde de Eu comandó así el ejército brasileño durante las victorias de Peribebui y Acosta Ñu (llamada Campo Grande por los brasileños) en el tramo final de una guerra cada vez más atroz y sangrienta.  En ambos casos Luis María Campos estuvo al frente de las las fuerzas de apoyo argentinas. Con la muerte de Solano López en Cerro Corá, el 1 de marzo de 1870, que marcó el fin del enfrentamiento bélico, Gastón fue presentado como un glorioso vencedor a su regreso a Río de Janeiro.

El escudo de Gastón parte las armas que le corresponden como consorte de la princesa heredera del Brasil con las que le corresponden como heredero de la corona francesa. Las brisuras indican esa peculiaridad: se trata de escudos de herederos a las respectivas coronas (que, por cierto, nunca llegaron a ser reyes).

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