El «Excmo. Señor Virrey del Perú, Don Francisco de Toledo, de la Casa Ducal de Alba y Condal de Oropesa» fue «quien en nombre de S. M. Don Felipe II, Rey de España, mandó fundar» la ciudad de Salta. Lo recuerda un monumento ubicado junto al Cabildo de Salta, en la Plazoleta Cuatro Siglos.
La vida de Francisco Álvarez de Toledo es apasionante, pero relatarla excedería el marco de este Blog. Sólo nos concierne recordar que fue el quinto Virrey del Perú; ocupó dicho cargo desde 1569 hasta 1581. Fue -dice Wikipedia- «el más importante de los virreyes del Perú y ha sido elogiado como el “supremo organizador” del inmenso virreinato, por darle una adecuada estructura legal, afianzando importantes instituciones indianas, en torno a las cuales giró la administración del país durante doscientos años». En efecto, su obra civilizadora en América fue extraordinaria, aunque se le reprocha la ejecución de Túpac Amaru.
En lo que a nosotros respecta, recordemos que la fundación de ciudades en el actual territorio argentino fue obra de las llamadas tres Corrientes Colonizadoras (del Norte, del Este y del Oeste). En el actual noroeste argentino, que dependía entonces del Perú, después de establecidas Santiago del Estero y de Tucumán, Jerónimo Luis de Cabrera recibió órdenes del Virrey Toledo de fundar una ciudad en el Valle de Salta, pero el conquistador fue mucho más al Sur y fundó Córdoba. En 1577 el Rey Felipe II designó Gobernador del Tucumán al licenciado Hernando de Lerma, quien dos años más tarde llegó a Santiago del Estero. Fue Lerma quien, por orden del mismo Virrey Toledo, concretó el antiguo propósito de fundar la ciudad que hoy es Salta. Ello ocurrió el 16 de abril de 1582.
El monumento que en Salta recuerda al Virrey Francisco Álvarez de Toledo tiene en su frente el escudo de armas del noble español, que era hijo de Francisco Álvarez de Toledo y Pacheco, II Conde de Oropesa, y de María de Figueroa y Toledo (hija a su vez de Gómez Suárez de Figueroa, II Conde de Feria, y de su segunda esposa, María Álvarez de Toledo, hija de los I Duques de Alba de Tormes).
Las armas del Virrey reúnen en un partido las tan conocidas armas de los Álvarez de Toledo, apellido de su padre, y las de la familia Figueroa, apellido de su madre.
Álvarez de Toledo: Jaquelado de quince puntos, ocho de plata y siete de azur.
Figueroa: De oro, cinco hojas de higuera de sinople, puestas en sotuer.
Pero no se trata del único escudo que puede verse en el homenaje salteño al Virrey Toledo. Si miramos el monumento desde atrás, vemos que se encuentran también las armas de España, sostenidas por la pierna del prócer.
Un interesante despliegue heráldico a la vista de los innumerables transeúntes que a diario recorren la Plaza Nueve de Julio de la ciudad de Salta y sus inmediaciones.
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