En mayo de 1808 se produjo un hecho que puede considerarse antecedente de la Revolución de Mayo: las abdicaciones de Bayona, presentadas por los reyes Carlos IV y Fernando VII en favor de Napoleón Bonaparte, quien a su vez cedió el trono a su hermano José.
José I reinó en España hasta 1813: era, por tanto, el Rey de España en el momento de nuestra Revolución de Mayo. Sabemos que ni las Cortes de Cádiz ni el Consejo de Regencia ni los Reinos de Indias lo aceptaron como rey; por ello, nuestra Primera Junta y los gobiernos sucesivos hasta la Independencia juraban fidelidad a Fernando VII, en cuyo nombre decían gobernar.
Lo cierto es que, durante los acontecimientos de Mayo de 1810, que en estos días recordamos, José I Bonaparte era Rey de España. El "rey intruso" usaba este escudo:
Vemos los campos de Castilla, León, Aragón, Navarra, Granada y las Indias (representadas por dos esferas terrestres flanqueadas por las columnas de Hércules); en el centro, sobre el todo, escusón de azur con el águila de los Bonaparte en oro. La última versión que vimos añade Toisón de Oro, cetros, manto y demás ornamentos exteriores.
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