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domingo, 3 de marzo de 2024

Escudo de monseñor Juan Ignacio Liébana

Ayer, en Chascomús,  Juan Ignacio Liébana fue consagrado obispo de esa diócesis. 


Nacido en 1977, monseñor Liébana fue ordenado presbítero en Buenos Aires en 2004. En 2014 se traladó a la diócesis de Añatuya como sacerdote Fidei Donum. En enero de este año se anunció su nombramiento como Obispo de Chascomús.

Su escudo:

De plata, una cruz latina ondulada terrasada de sinople, cuyos travesaños son de azur, plata, gules, oro y sinople, y en su base un pan partido, de su color. La cruz  está acompañada a diestra de una flor de cuatro pétalos (“tonali” o “nahui ollín”) de su color, y a siniestra de una letra M estilizada,  de sinople, con ramas y hojas de lo mismo.

Lleva acolada la cruz episcopal de oro.

El lema es “Permanezcan en mi amor”.


Cartel en el gimnasio donde tuvo lugar la ordenación episcopal

Explicación:

La cruz, como elemento central del escudo, representa con su ondulación y movimiento a un Cristo que danza, alegre, vivo y resucitado, animándonos a ser una Iglesia en salida, pobre para los pobres, con todos y para todos. Expresa también el “dinamismo del Espíritu” que impulsa a la Iglesia a anunciar el Evangelio en los cinco continentes,  simbolizados por los colores de la cruz misma, que son los colores tradicionales del Rosario Misionero. 

A su vez, la Cruz  está apoyada sobre una base de sinople, que representa la Creación, y surge de un pan partido, "fruto de la tierra y del trabajo del hombre", recordando que los discípulos de Emaús  reconocieron al Resucitado al partir el pan.  “Partir el Pan eucarístico, que es Cristo mismo, es la acción misionera por excelencia, porque la Eucaristía es fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia” (Papa Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2023). Jesús, Pan de Vida, nos invita a la adoración reposada y a la entrega arriesgada; a compartirnos para alimentar a muchos.

A la derecha de la cruz (izquierda del observador) se encuentra la flor de cuatro pétalos (tonali o nahui ollín) que es el símbolo principal que aparece en el vientre de la imagen de la Virgen de Guadalupe,  impresa en la tilma de Juan Diego, y que representa para la cultura nahuátl la presencia de Dios,  la plenitud, el centro del espacio y del tiempo. 

La flor de cuatro pétalos en la mitra del obispo



En el video, el obispo hace referencia al significado de la flor de cuatro pétalos.

A través de ella se hace especialmente presente en el escudo que  todos somos morada de Dios, sagrados por el misterio trinitario que nos habita, y que el “verdadero Dios, por quien se vive”, nos ofrece a través de María todo su “amor, compasión, auxilio y defensa”.

A la izquierda de la cruz hay una M estilizada, que por un lado simboliza,  como es habitual, a la Virgen María, pero que, de manera especial, con su color, alude al manto de la Virgen de Huachana, en cuyo santuario santiagueño sirvió el nuevo obispo por 15 años y de quien es especialmente devoto. La M a su vez está representada con brotes y hojas vegetales, que hacen referencia a la fecundidad de la Creación: María es madre del "Primogénito de toda la creación" (Col 1,15). De ese modo se subraya en el escudo la presencia tierna de María, que nos anima a dar continuamente nuestro sí, con los colores de la naturaleza, a la que Dios nos invita a contemplar y cuidar como nuestra casa común. Se expresa así que Cristo “a través del cual todo ha sido creado, se unió a esta tierra cuando se formó en el seno de María”, quien “ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido” (Papa Francisco, Encíclica Laudato Si´, 238 y 241).

El escudo lleva acolada una cruz procesional de oro, que indica la dignidad episcopal.

Estampita recuerdo de la ordenación episcopal


Finalmente, el lema es “Permanezcan en mi amor” (Jn 15, 9), frase tomada de las palabras de Jesús en la Última Cena y que sintetiza el mensaje del escudo, ya que sólo unidos a Cristo  y permaneciendo en su amor podemos dar fruto (cfr. Jn 15, 4-9) en el anuncio misionero y en el cuidado de la Creación, haciendo que el Evangelio sea Pan de vida en para todos.


Sobre la base de la idea general del escudo, indicada, naturalmente, por el mismo obispo, la plasmación del escudo en su aspecto gráfico es obra de Adrián Birnbaun, un joven diseñador e ilustrador digital, de quien tengo el privilegio de ser amigo personal. Su labor puede apreciarse también en Instagram: @wydbaun.

Hemos asistido ayer a la ordenación episcopal de monseñor Liébana; intercalamos algunas fotos que tomamos durante la celebración.

Fieles a la costumbre que tenemos en este Blog, le hemos agregado por nuestra cuenta al escudo el timbre propio de la dignidad episcopal y hemos vertido el lema episcopal en lengua latina. Con esta versión cerramos nuestra entrada de hoy.

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