Monseñor Joaquín Gimeno-Lahoz es Obispo de Comodoro Rivadavia.
Nacido en España en 1948, recibió la ordenación sacerdotal en 1973 en ese país, y la episcopal en 2010 en Comodoro; ambas ordenaciones -dato curioso- fueron presididas por el mismo obispo, monseñor Victorio Oliver Domingo.
Poco antes de su consagración episcopal, dio a conocer su escudo, que vemos a continuación:
La explicación del simbolismo del escudo nos llega a través de las "propias palabras" del Obispo, según la información proporcionada por la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), que transcribimos a continuación.
« “Está orientado hacia la cruz donde estuvo suspendida la salvación del mundo —expresa monseñor Lahoz—. Aparece el lugar de la sede de la diócesis en el Golfo San Jorge, con el mar (azul), la costa y la meseta (color tierra) chubutense, llenando el campo del escudo. El mar fue la ruta para que la fe llegara a Latinoamérica con los primeros misioneros españoles y para que salgan los misioneros desde este continente”.
Por su parte, “la cruz de los
500 años de la evangelización recuerda el testimonio ininterrumpido,
evangelizador y eclesial; es signo de la entrega, esperanza y gratitud de
quienes experimentan lo que Pablo nos dice: ‘me amó y se entregó por mí’. Es
ésta la fuerza que hace salir de la propia tierra para anunciar la Palabra de
la mano de la primera evangelizadora, nuestra Madre, la Virgen María”.
En cuanto al libro abierto y con sus hojas en movimiento, indica que “nos recuerda no sólo el viento patagónico, sino también, el del Espíritu que aviva el fervor en el que escucha y en el que anuncia”.
Hace asimismo una referencia
especial al Rosario al señalar: “La advocación del Rosario para mí es
entrañable; el nombre de mi primera catequista (mi madre), mi primera capilla
de barrio como sacerdote en España, la patrona de la diócesis de Azul que me
recibió en la Argentina y también patrona de la ciudad en la que permanecí 12
años. Su rezo acompaña y fortalece en el conocimiento, adhesión, seguimiento y
anuncio de la persona y el mensaje de Jesucristo que ‘amó a la Iglesia y se
entregó por ella’”.
Por último, recuerda “en este signo mariano a las comunidades contemplativas que hacen de su vida una plegaria permanente para la salvación de todos y en especial, la santidad sacerdotal” ».
Por último, recuerda “en este signo mariano a las comunidades contemplativas que hacen de su vida una plegaria permanente para la salvación de todos y en especial, la santidad sacerdotal” ».
Resulta interesante observar, en las fotos que siguen, que monseñor Gimeno-Lahoz sigue la buena práctica de exhibir sus armas episcopales en su cátedra:
Es difícil emitir un juicio de valor sobre el escudo que hemos exhibido hoy. Indudablemente, es atípico en su diseño y en sus esmaltes. Heráldicamente, uno tiene sus reservas... Pero no se puede decir que es feo, como lamentablemente sí puede decirse de otros blasones...
Una última referencia bíblica: la frase que constituye el lema episcopal ("me amó y se entregó por mí") está tomada de Gálatas 2, 20.
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