Otro purpurado vinculado con nuestro país es el cardenal Marcelo Mimmi, Legado Papal al Primer Congreso Mariano Interamericano, celebrado en Buenos Aires en noviembre de 1960, el mismo año de la "Gran Misión de Buenos Aires".
Había nacido en 1882 en Bolonia; recibió la ordenación episcopal en 1930 en la Catedral de su ciudad natal. Ejerció como Obispo de Crema, Arzobispo de Bari y Arzobispo de Nápoles. Fue creado Cardenal Presbítero en 1935, y elevado en el año 1958 al orden de los Cardenales Obispos en la sede suburbicaria de Sabina - Poggio Mirteto.
Algunas fotos de su visita a la Argentina en 1960:
Algunas fotos de su visita a la Argentina en 1960:
Su escudo cardenalicio es realmente muy hermoso:
Cortado, 1° de azur con tres estrellas de plata de seis puntas; 2° de sinople, tres flores (¿margaritas?) de plata. Y los demás ornamentos propios de la dignidad cardenalicia. Ignoramos el significado de estos símbolos.
El lema, "Per visibilia ad invisibilia", "Por lo visible a lo invisible", parece ser un eco de la afirmación de la carta a los Hebreos (11, 3): "Por la fe, comprendemos que la Palabra de Dios formó el mundo, de manera que lo visible proviene de lo invisible". O puede estar inspirado en las afirmaciones de San Pablo: "No tenemos puesta la mirada en las cosas visibles, sino en las invisibles: lo que se ve es transitorio, lo que no se ve es eterno" (2 Cor 4, 18); o también: "Todo cuanto de se puede conocer acerca de Dios está patente ante ellos: Dios mismo se lo dio a conocer, ya que sus atributos invisibles –su poder eterno y su divinidad– se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras" (Rom 1, 19s).
Falleció muy poco tiempo después de su visita a Buenos Aires, en marzo siguiente.
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