Esta entrada debería subtitularse "Un conjunto de casualidades".
Las entradas de este Blog son escritas con mucha anticipación. La entrada que se publicó ayer, por ejemplo, fue escrita el sábado 14 de mayo. Al día siguiente, un tranquilo domingo de otoño, ordenando viejos papeles, encontré un recorte del diario "El Pueblo" del 5 de noviembre de 1950 haciendo referencia a la muerte del padre Federico Rademacher, un gran sacerdote de la Congregación del Verbo Divino, quien trabajó en mi parroquia.
Pero al dorso de ese recorte, oh sorpresa, aparecía un escudo cardenalicio. Como el recorte fue hecho para rescatar lo que estaba del otro lado (o sea lo que acabamos de ver), este lado, el del escudo, está mutilado. Pero puede advertirse lo esencial: es el blasón del cardenal Ernesto Ruffini, enviado del Papa al V Congreso Eucarístico Nacional, celebrado en Rosario, quien, a su regreso a su diócesis (era Arzobispo de Palermo, en Italia), saluda al pueblo argentino:
Otro cardenal vinculado con la Argentina, y su escudo, servidos en bandeja, se me aparecieron, pues, por pura casualidad. Me puse entonces a investigar la vida del cardenal Ruffini. Nació en 1888, fue ordenado obispo en 1945, fue elevado a cardenal al año siguiente, y falleció el 11 de junio de 1967. "Un momento" -me dije-: ¿11 de junio de 1967? Ayer mismo tuve ocasión de leer sobre esa fecha". En efecto, es el mismo día, mes y año en que se celebró por última vez la Santa Misa en la antigua Catedral de Avellaneda antes de su clausura y demolición.
De modo que un conjunto de coincidencias hace que esta entrada aparezca hoy aquí, tras la dedicada al escudo del Obispo de Avellaneda-Lanús.
En el recorte, el escudo del cardenal Ruffini era muy pequeño para poder ser apreciado plenamente:
Pero puede encontrarse fácilmente en la Red, en blanco y negro y en colores:
Otra versión, obtenida de Wikipedia:
Entre las tres versiones, como se ve, hay varios detalles de diferencia. En términos generales tenemos en campo de gules una columna coronada, flanqueada de dos grifos afrontados; la punta de oro. Un palio acolado cae en la parte inferior, y una cruz arzobispal acolada en palo completa el conjunto con el galero de quince borlas de gules, propio de los cardenales.
El lema, "Firmiter Stat", podría traducirse como "Permanecer firme", como en esta cita de la Suma Teológica (II-II, q. 123, a. 11, "Respondo"): "Laudem autem firmitatis potissime sibi vindicat fortitudo. Tanto enim magis laudatur qui firmiter stat, quanto habet gravius impellens ad cadendum vel retrocedendum", lo que traducido significa: "La fortaleza reclama más que ninguna la gloria de la firmeza, pues tanto más es alabado el que se mantiene con firmeza cuanto mayor es el obstáculo que le impulsa a sucumbir o a retroceder".
Una nota del diario ABC de Madrid de junio de 1967, al relatar la muerte del Cardenal Ruffini, hace mención de su lema:
El cardenal Ruffini fue Legado de Pío XII al V Congreso Eucarístico Nacional, celebrado en Rosario a fines de octubre de 1950. Una foto hallada en la Red lo muestra junto al entonces Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, en momentos de izar la bandera. Más atrás se ve al cardenal Antonio Caggiano, entonces Obispo de Rosario, y a Eva Perón.
Pero Ruffini ya había estado en Buenos Aires: formó parte de la delegación que acompañó al Cardenal Pacelli, Legado a Latere para el Congreso Eucarístico Internacional de 1934. En la página de Wikipedia dedicada al cardenal Ruffini (en italiano) aparece esta foto, con el epígrafe "Mons. Ruffini a Buenos Aires con l'allora Segretario di Stato Card. Eugenio Pacelli, nel 1933". El año está equivocado, se trata de 1934.
Otra foto, esta obtenida de nuestros propios archivos, demuestra con mayor certeza la presencia de Ruffini en Buenos Aires en 1934:
Nuestra investigación, nacida de una casualidad, nos llevó también a descubrir el escudo del Congreso Eucarístico de Rosario, al que le dedicaremos pronto una entrada especial.
Como siempre, muy interesante la referencia a esta Eminencia Reverendísima. Cuánto necesitamos hombres de temple de acero, rectitud linear, caridad ardiente y gran conciencia. Excelente artículo!
ResponderBorrarLuis Fernández
me ha sorprendido gratamente encontrar este blog. Voy a añadir respecto a la heraldica y al cardenal Ernesto Ruffini el testimonio trasmitido por una persona que lo conoció: "Él mismo (el cardenal) nos ha dejado un autorretrato ingenioso en el mismo escudo episcopal y en el lema que eligió para su pontificado en ellos está retertada la personalidad de este hombre. Su escudo recoge una columna bien asentada y debajo esta leyenda: "Firmiter stat", que es la expresión gráfica del texto de San pablo a Timoteo, donde define a la iglesia como una columna, fundamento de verdad. El lema es otra frase bíblica "Veritatem facientes in caritate, que en una traducción un poco libre podríamos traducir "haciendo la verdad del amor"
ResponderBorrarFeliz año nuevo
M. J. Domínguez