Entre ellos, en julio pasado nos referimos a las estatuas en las torres de la Basílica de San Francisco
y a la estatua de San Vladimiro en la plaza de su nombre, en el barrio de Palermo
Ayer añadimos a esa lista la estatua del Inca Garcilaso en la plaza República del Perú:
El monumento al Inca Garcilaso de la Vega tiene además otros detalles, no específicamente heráldicos, pero vinculados de algún modo con nuestra disciplina.
La estatua está sobre una base cuadrangular; en la cara frontal están los datos del homenajeado.
En la cara que se halla a la izquierda del observador -mirando de frente al monumento- hay un águila bicéfala exployada.
En la cara opuesta a la anterior hay un cóndor también exployado:
El águila bicéfala representa al Imperio de Carlos V
El cóndor, por su parte, es un ave típica de América, presente en muchos escudos de naciones de este continente, como Chile, Bolivia, Colombia y Ecuador:
Por lo tanto, la presencia de ambas aves en el monumento al Inca Garcilaso de la Vega es un silencioso testimonio relacionado con el mestizaje cultural al cual nos referíamos ayer.
El Garcilaso de la Vega nacido en Perú en realidad se llamó Gómez Suárez de Figueroa, pero adoptó el nombre de su tío, uno de los mejores poetas de la literatura española, llamado obviamente Garcilaso de la Vega.
ResponderBorrarEse poeta español, además de poeta fue un destacado militar y murió en un acto heroico. La estatua, incongruente con su pedestal, parece representar más al poeta español con su espada que al "inca" Garcilaso de la Vega, cuyo rostro era muy diferente.
El "inca" Garcilaso pasó su vida reivindicando tanto su ascendencia de la más alta nobleza incaica por su rama materna como de la hidalguía española por vía paterna.