Hace tres días nos ocupamos del escudo del Arzobispo Emérito de Paraná.
Su sucesor, y actual Arzobispo de esa sede, es monseñor Juan Alberto Puiggari, a cuyas armas dedicaremos la entrada de hoy.
Su sucesor, y actual Arzobispo de esa sede, es monseñor Juan Alberto Puiggari, a cuyas armas dedicaremos la entrada de hoy.
Monseñor Juan Alberto Puiggari nació en la ciudad de Buenos Aires en 1949, e hizo sus estudios primarios y secundarios en el colegio San Pablo. Recibió la ordenación sacerdotal en noviembre de 1976. Desde entonces se desempeñó como sacerdote diocesano incardinado en la arquidiócesis de Paraná.
El 20 de febrero de 1998 el papa Juan Pablo II lo nombró Obispo Titular de Turuzi y Auxiliar de Paraná. El 8 de mayo de ese mismo año recibió la consagración episcopal en la Catedral de Paraná, de manos de monseñor Estanislao Karlic, Arzobispo de esa arquidiócesis. Trasladado como Obispo de Mar del Plata en 2003, tomó posesión de la sede el 10 de agosto de ese año.
El año pasado fue promovido a Arzobispo de Paraná por Benedicto XVI.
En el sitio del Arzobispado de Paraná está publicada la descripción y explicación del escudo episcopal, que reproducimos a continuación.
"El lema “Instaurare omnia in Christo”, está tomado del himno del Apóstol al comienzo de la Carta a los Efesios (1,10), en el cual la Iglesia celebra al Padre que, en su Hijo, manifestó el plan divino de salvación: “hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra” (Cf. T.M.A, 6).
La cruz hace presente a Jesucristo que, como Maestro, Sacerdote y Rey, restaura toda la creación. Su forma de espada simboliza la Palabra de Dios que debe ser predica-
da con valentía por el apóstol (Ef. 6, 17-19). La cruz, puente por donde la gracia baja a la creación y la vivifica, está clavada sobre la tierra y se eleva sobre el azul del cielo en su misión de unir a los hombres con Dios.
da con valentía por el apóstol (Ef. 6, 17-19). La cruz, puente por donde la gracia baja a la creación y la vivifica, está clavada sobre la tierra y se eleva sobre el azul del cielo en su misión de unir a los hombres con Dios.
A los pies de la Cruz, junto a Jesús está su Madre, María (Jn. 19,25) simbolizada por las iniciales del saludo del ángel, grabadas en plata. Por ella se hizo posible la Encarnación.
El misterio de recapitulación de todo en Cristo es obra del Espíritu Santo -simbolizado por la paloma-, “agente principal de la nueva evangelización”, “que construye el reino de Dios en el curso de la historia” (T.M.A., 45).
La gloria de Dios Padre, fin último de la creación y redención, aparece señalada en la nube que abraza la misión del Hijo y la acción del Espíritu Santo. El oro une e identifica a la Trinidad Santísima.
El verde significa el espacio donde iniciará su ministerio episcopal y, en cuanto color de la esperanza, encarna el tiempo de preparación para el Tercer Milenio de la Redención".
El escudo que se ve a la izquierda es evidentemente el actual, arzobispal, con su cruz de dos travesaños y sus diez borlas por lado, aunque llama la atención el color del galero, de los cordones y de las borlas. El que se ve a la derecha podría ser la versión anterior, en tanto que simple obispo.
El monograma "AM" y la Paloma han cambiado de posición, y opino humildemente que los cambios han mejorado mucho el escudo actual respecto del anterior.
El monograma "AM" y la Paloma han cambiado de posición, y opino humildemente que los cambios han mejorado mucho el escudo actual respecto del anterior.
Alejandro:
ResponderBorrarCoincido en el comentario "estético" en cuando al cambio de posición del monograma y la Paloma. También es muy acertada la nueva imagen de la Paloma, más propia del Espíritu Santo.
Mis felicitaciones por este servicio tan fecundo.
LUIS FERNÁNDEZ