Presentamos hoy el elegante escudo de monseñor Fermín Emilio Sosa Rodríguez, actual Nuncio Apostólico en Bolivia.
Sosa Rodríguez nació en Izamal, México, en 1968. Fue ordenado sacerdote para la diócesis de Yucatán en 1998, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
En marzo de 2021 el papa Francisco lo nombró Arzobispo Titular de Virunum y Nuncio Apostólico en Papúa Nueva Guinea. Fue consagrado el 19 de junio del mismo año en el Santuario de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Izamal. En diciembre de 2021 también fue nombrado Nuncio Apostólico en las Islas Salomón. El 17 de noviembre de 2023 fue trasladado como Nuncio Apostólico a Bolivia.
En el medio digital Diario de Yucatán apareció en junio de 2021 esta descripción y explicación del escudo, que transcribimos en forma textual:
«El escudo es cuartelado en cruz, con símbolos en oro y plata sobre fondos en gules (rojo) y azur (azul oscuro).
En el primer cuartel una pirámide en oro, de seis cuerpos escalonados y el edificio principal en la cima, sobre la cual hay una cruz resalterada en gules adosada a un sol dorado de 32 picos, 16 de los cuales son rectos y 16 ondulados. Todo sobre fondo de gules.
En el segundo cuartel, una nube de plata de la cual caen tres gotas de rocío a una fuente ondulada de agua, todo en fondo de azur. Las olas en plata y azur.
En el tercer cuartel las iniciales A y M entrelazadas, teniendo tres estrellas, una a cada lado y otra debajo bordeada por una luna en creciente, elementos en plata sobre campo azur.
En el cuarto cuartel una planta de henequén sobre piedras, en oro, sobre fondo en gules.
El segundo cuartel indica el origen del Prelado: Izamal, cuyo legendario fundador maya Zamná respondía siempre: “Itzen caan, Itzen muyal”, o sea, “Yo soy el rocío que cae del cielo y de las nubes”, localizándose Izamal cerca y dentro del anillo de cenotes, fuente natural de abundante agua en Yucatán representando las olas, además, el mar que rodea a Yucatán del cual llegó la Cruz de la Evangelización Cristiana.
En los cuarteles primero y cuarto se representa la cultura y el pueblo maya, siendo el henequén una planta que crece en el pedregoso suelo yucateco y que trajo progreso económico a la región en pasadas épocas, siendo también elementos culturales y ambientales de la Arquidiócesis de Yucatán, de donde es originario el Arzobispo don Fermín Emilio.
Las iniciales A y M y la luna y las estrellas son símbolos marianos pues la Iglesia de Yucatán fue consagrada a la Virgen María en sus diversas advocaciones, estando en Izamal el Santuario de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, Reina y Patrona de la Arquidiócesis de Yucatán.
Debajo del escudo una cinta ondulada con el texto “Todo lo puedo en Aquel que me da fuerzas” y alrededor del escudo los elementos propios de la Dignidad Arzobispal del Prelado recién nombrado Nuncio Apostólico (...).
Escudo de monseñor Sosa Rodríguez en las ínfulas de su mitra, durante el rito de su ordenación epicopal |
En el libro “Consagración Episcopal. S.E.R. Monseñor Fermín Emilio Sosa Rodríguez. Arzobispo titular de Viruno. Nuncio Apostólico en Papúa Nueva Guinea”, escrito por Vera Lima, se incluyen las siguientes descripciones del escudo episcopal realizadas por el propio monseñor Sosa Rodríguez:
Descripción Heráldica:
Escudo encuartado de rojo y de azur: PRIMERO, capriolo escalonado de siete, de oro, acompañado en Jefe por la sombra de sol, de lo mismo, cargada de una cruz anclada, de rojo; SEGUNDO, a la nube de plata lluviosa de tres gotas, sobre montando el mar, fajado, ondeado de tres piezas, todo de lo mismo; TERCERO, al monograma de la Virgen María, acompañado de tres estrellas de ocho rayos, dos a los costados, la tercera con la luna creciente, dentro del abismo, todo de plata; CUARTO, a la planta de henequén, de oro, nurida sobre rocas fragmentadas, de lo mismo. El todo puesto sobre una cruz procesional de oro, a doble travesaño, con los extremos trilobulados, adornada con cinco piedras de jade verde, a las extremidades. Todo timbrado por el capelo prelaticio de sinople, de diez borlas de lo mismo por lado, 1-2-3-4, de dignidad de arzobispo.
Lema: “Todo lo puedo en aquel que me da la fuerza”.
Descripción Simbólica: Los elementos contenidos en el escudo sintetizan los orígenes de Mons. Sosa Rodríguez. El sol y la pirámide de oro en campo rojo son el testimonio tangible de las civilizaciones ancestrales que dieron origen a la cultura mexicana. Las tres gotas que destila la nube es uno de los elementos específicos que identifican la ciudad de Izamal de donde la familia Sosa Rodríguez es originaria. Las gotas llueven entre las olas del mar azul que circundan la Península de Yucatán. La planta de henequén sobre el terreno rocoso evoca al Estado de Yucatán y es un tributo al duro trabajo de los lugareños que ha marcado la vida y la economía local. El monograma de la Virgen María, decorado con tres estrellas y la luna creciente, quiere recordar los tres lugares y momentos fundamentales de la vida de Mons. Sosa Rodríguez: el Santuario de la Virgen de Izamal, corazón mariano de la Arquidiócesis de Yucatán, de cuyo clero proviene; la Parroquia de María Inmaculada, en la ciudad de Mérida, donde ha madurado su fe y donde nació su vocación al sacerdocio; y el Santuario nacional de la Virgen de Guadalupe, donde fue ordenado sacerdote.
Descripción Espiritual: El escudo se entiende a través del lema: “Todo lo puedo en aquel que me da la fuerza”. El sol dorado, con la cruz incrustada, en una posición preponderante, es Dios, fuente del amor oblativo, simbolizado con el color rojo de la Pasión de su Hijo, que por Gracia, santifica, fortifica y vivifica al ser humano, fecundando al mismo tiempo la tierra, representada por el henequén. Esto se realiza por medio de los Dones del Espíritu Santo y de los Sacramentos, evocados por la doble serie de siete escalones de la pirámide de oro, como también por cualquier otro don divino, figurado en las gotas del rocío que caen del cielo en las ondas del inmenso mar de la realidad creada. Todo acontece bajo la multiforme y materna protección de la Santísima Virgen María, “Madre del verdadero Dios por quien se vive; del Creador, en quien está todo” (cfr. Nican Mopohua). Con la fuerza de Dios todo es posible».
El propio obispo explica su escudo en este didáctico video:
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