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lunes, 6 de junio de 2022

Escudo de monseñor Hugo Norberto Santiago

El 19 de marzo de 2017 nos ocupamos del escudo de monseñor Hugo Norberto Santiago.  Aunque en aquella entrada nos referíamos a él como Obispo de Santo Tomé (ya que las fotos de su escudo estaban tomadas del sitio diocesano en Facebook), monseñor Santiago ya era en ese momento Obispo de San Nicolás de los Arroyos, sede de la que había tomado posesión en noviembre de 2016.

En Wikiwand (en lengua polaca) encontramos por azar el escudo episcopal de monseñor Santiago,  en una versión  de más calidad, con los ornamentos exteriores que corresponden a la dignidad episcopal. 

De plata, una cruz a todo trance de oro con el eje vertical desplazado un poco hacia la diestra; en el flanco inferior siniestro, una M de azur superada de una estrella de lo mismo. Galero episcopal de sinople y báculo acolado en palo. 

El lema episcopal ("Hágase") hacia obvia referencia a la frase de María cuando el anuncio del ángel (Lc 1, 38).  En la explicación oficial del lema, que publicamos en la entrada de 2017,  se hace referencia al párrafo 14 de la Exhortación Apostólica Pastores Gregis:

La presencia maternal de la Virgen María, Mater spei et spes nostra, como la invoca la Iglesia, debe ser también un apoyo para la vida espiritual del Obispo. Ha de sentir, pues, por ella una devoción auténtica y filial, considerándose llamado a hacer suyo el fiat de María, a revivir y actualizar cada día la entrega que hizo Jesús de María al discípulo, al pie de la Cruz, así como la del discípulo amado a María (cf. Jn 19, 26-27). Igualmente, ha de sentirse reflejado en la oración unánime y perseverante de los discípulos y apóstoles del Hijo, con su Madre, cuando esperaban Pentecostés. En este icono de la Iglesia naciente se expresa la unión indisoluble entre María y los sucesores de los apóstoles (cf. Hch 1, 14).

La santa Madre de Dios debe ser, pues, para el Obispo maestra en escuchar y cumplir prontamente la Palabra de Dios, en ser discípulo fiel al único Maestro, en la estabilidad de la fe, en la confiada esperanza y en la ardiente caridad.

De lo dicho surge claramente el motivo por el que elegimos la Memoria de María, Madre de la Iglesia para publicar esta entrada. 

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