Hace tres años tomé esta foto de un cartel (con evidente errata) que anunciaba actividades de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos.
En el sitio web institucional hay un apartado dedicado a la historia de la Sociedad, y en él un documento referido a sus inicios. En él, como al pasar, se lee que en la segunda acta, del 6 de mayo de 1922 (la fecha considerada fundacional es el 1° de abril de ese año), ante la necesidad de tener un sello que respaldara la correspondencia, la nueva institución
“...adoptó como emblema una parte del escudo nobiliario de Don Félix de Azara, teniendo en cuenta que así se honraba a la madre patria y se reconocían los méritos del primer geógrafo del Río de la Plata”
Naturalmente, la referencia a las armas de Félix de Azara despertó nuestra curiosidad.
Digamos en primer lugar que Félix de Azara fue -en palabras del sitio de la Fundación para el Conocimiento Madri+d- un "científico, ingeniero militar y político español" nacido en 1742. En 1781 llegó al Virreinato de la Plata "como miembro de una de las comisiones de límites con los dominios portugueses. Permaneció en tierras americanas durante dos décadas, viajando por el interior y desarrollando una tarea infatigable en varios campos de la geografía y la historia natural; estos viajes le permitieron conocer, prácticamente, todo el territorio de la provincia paraguaya y de la zona de Misiones; sus observaciones, recogidas en sucesivos diarios, fueron reunidas en la Geografía Física y Esférica del Paraguay y Misiones Guaraníes (1790)". De regreso a España, entre otros avatares que no vienen ahora al caso, rechazó el cargo de Virrey de Nueva España, se desempeñó como vocal de la Junta de Fortificaciones, y en 1815 no aceptó la Orden de Isabel la Católica, "gesto que se interpretó como una muestra de desaprobación ante las ideas absolutistas del rey". Publicó varios libros referidos a su estancia en América. Falleció en 1821.
Como el escudo de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos se inspira en el de Azara, buscamos escudos vinculados con ese apellido, y encontramos los que vemos a continuación.
En el primero, vemos que el tercer cuartel guarda semejanza con el emblema de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos
Otro escudo similar, en blanco y negro:
Otro escudo atribuido a los Azara de Siétamo, que queda en Huesca; podría corresponder aproximadamente al tercer cuartel de los blasones anteriores:
Escudo de los Azara en casa Almudévar de Siétamo |
Lo expresado en el acta de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos del 6 de mayo de 1922 en relación a la adopción "como emblema una parte del escudo nobiliario de Don Félix de Azara" encuentra en estos escudos una plena confirmación. Más allá de detalles menores, lo que tenemos es básicamente un águila (de sable, picada de oro) en vuelo hacia el sol. Campo de azur-celeste, una cadena montañosa en punta (donde se lee el año de la fundación), un sol radiante de oro hacia la zona diestra del jefe (cuyos rayos abarcan todo el campo del escudo).
El águila que vuela hacia el sol evoca dos creencias que desde la Antigüedad son sostenidas por muchos autores.
La primera es recogida con estas palabras por San Isidoro en sus Etimologías:
La segunda creencia antigua es que el águila puede mirar al sol directamente sin encandilarse. Ya Aristóteles, entre otros autores antiguos, lo afirma. Y San Isidoro dice: “Cuentan también que mira de frente los rayos del sol sin cerrar los ojos”. En la Divina Comedia, Dante dice que Beatriz mira al Sol como “jamás águila lo miró tan fijamente”.
Esta creencia se apoya en un hecho real: el águila, al igual que otras aves, posee en el ojo una membrana semitransparente que forma el tercer párpado, y que le permite fijar los ojos en el sol sin pestañear.
Volvamos al Escudo de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos.
La bordura, de azur, lleva el nombre de la Sociedad, y en la parte superior la palabra latina GÆA, para cuya inteligencia volvemos al acta del 6 de mayo de 1922: "Se concedió entonces la palabra a la Comisión Redactora de los Estatutos, actuando como miembro informante el Dr. Hicken, quien propuso el nombre de Gea para la naciente Sociedad. Aceptada la idea y a indicación del Dr. Lehman Nitsche, se acordó que la designación aceptada se escribiera con la redacción latina, quedando así sancionado el nombre de GÆA. Se aceptó como subtítulo el de Sociedad Argentina de Estudios Geográficos...". El Dr. Hicken mencionado es el naturalista Cristóbal María Hicken, cuyo nombre lleva la Escuela de Jardinería que funciona en el Jardín Botánico de Buenos Aires.
El águila que vuela hacia el sol evoca dos creencias que desde la Antigüedad son sostenidas por muchos autores.
La primera es recogida con estas palabras por San Isidoro en sus Etimologías:
"Cuando se mantiene inmóvil sobre los mares sostenida por sus alas a una altura que no es visible al ojo humano, ella desde tan elevada altura ve nadar a los pececillos, sobre los que se precipita a manera de un rayo".Esta característica de su comportamiento sirvió en el cristianismo para representar la purificación por medio del fuego y del agua, y por tanto como símbolo del Bautismo y de la Penitencia. Se creía que el águila asciende tan alto en el cielo que se quema a causa de los rayos del sol y por eso desciende enseguida para sumergirse en el agua, de la que sale rejuvenecida. A esta renovación alude el Salmo 103 cuando dice: "Él perdona todas tus culpas y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura; él colma tu vida de bienes, y tu juventud se renueva como el águila" (Sal 103, 3-5).
La segunda creencia antigua es que el águila puede mirar al sol directamente sin encandilarse. Ya Aristóteles, entre otros autores antiguos, lo afirma. Y San Isidoro dice: “Cuentan también que mira de frente los rayos del sol sin cerrar los ojos”. En la Divina Comedia, Dante dice que Beatriz mira al Sol como “jamás águila lo miró tan fijamente”.
Esta creencia se apoya en un hecho real: el águila, al igual que otras aves, posee en el ojo una membrana semitransparente que forma el tercer párpado, y que le permite fijar los ojos en el sol sin pestañear.
Volvamos al Escudo de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos.
La bordura, de azur, lleva el nombre de la Sociedad, y en la parte superior la palabra latina GÆA, para cuya inteligencia volvemos al acta del 6 de mayo de 1922: "Se concedió entonces la palabra a la Comisión Redactora de los Estatutos, actuando como miembro informante el Dr. Hicken, quien propuso el nombre de Gea para la naciente Sociedad. Aceptada la idea y a indicación del Dr. Lehman Nitsche, se acordó que la designación aceptada se escribiera con la redacción latina, quedando así sancionado el nombre de GÆA. Se aceptó como subtítulo el de Sociedad Argentina de Estudios Geográficos...". El Dr. Hicken mencionado es el naturalista Cristóbal María Hicken, cuyo nombre lleva la Escuela de Jardinería que funciona en el Jardín Botánico de Buenos Aires.
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