Bajo este título se publica una extensa nota en el número 31 de la revista Genealogía, del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, edición que corresponde al año 2003.
Por su referencia a la Heráldica, transcribimos a continuación el comienzo de ese artículo, firmado por Luis C. Montenegro. La ilustración en blanco y negro procede de la publicación original; el escudo en colores (que, sin embargo, no refleja exactamente la descripción que se hace en la nota) es el que corresponde a uno de los linajes de los Rubio según el sitio Heráldica Hispana: es el más semejante al que encontramos en la nota, aunque difiere en los esmaltes. La misma procedencia tiene el escudo de los Velasco que se añade al final.
Nos hemos interesado en la ascendencia y posteridad de D. José Rubio de Velasco y García, hidalgo gaditano quien en 1767 pasó al Río de la Plata en la fragata "El temor de Dios y San Miguel", en compañía de su tío político D. Francisco López Fiesco, quien le introdujo con éxito en el mundo del comercio.
Su éxito en este rubro y su posterior prestigio como cabildante y alférez real, le convirtieron en distinguido vecino de la aldea porteña y sus numerosos hijos, entroncaron con destacadas familias de Buenos Aires.
Hemos seguido las huellas de este linaje por sus ramas de ascendencia, lateralidad y descendencia, a lo largo de casi 500 años, desde su origen asturiano, hasta las ciudades andaluzas de Estepa, Morón de la Frontera, Osuna, Arcos de la Frontera, San Fernando y Cádiz, puerto este último en el cual naciera y partiera años más tarde D. José Rubio, para establecerse en Indias. Fueron identificadas como Rubio de Velasco, únicamente las generaciones de este linaje que se establecieron en Arcos de la Frontera, siendo antes y después de ello y hasta nuestros días como veremos, reconocidas simplemente como Rubio.
También interesa asegurar, que nada tienen en común estos Rubio con los más añejos llamados "del Rubio", cuyo primer representante llegado a estas tierras por 1650, es decir cien años antes, fue José del Rubio, alférez, castellano nacido en Soria, quien contrajo matrimonio con Da. Barbóla Casco de Mendoza y Machado. Una nieta de estos, Da. María Manuela del Rubio y Díaz de Gámiz, casó con el sargento mayor Clemente López de Osornio y fueron a su vez estos, abuelos de D. Juan Manuel de Rosas.
Nuestro trabajo ha logrado establecer [que] se trata éste de un linaje de hijosdalgo, cuyos miembros a pesar de no haber ocupado importantes cargos políticos, militares o religiosos, fueron desde siempre considerados como tales en los lugares donde residieron. Corroborando esto, digamos que su limpieza de sangre fue confirmada en 1682 con la información "Ad Perpetuam Rei Memoriam" impulsada en Oviedo por los hermanos Juan, Luis, Pedro, María y Gerónima Rubio de Velasco avecindados en Arcos; luego por la "Información de Nobleza de Sangre" llevada a cabo por D. Salvador Rubio López de Navas en 1758 y finalmente por la "Real Carta Ejecutoria de Hidalguía y Nobleza", diligenciada por D. Ignacio Rubio y Ubín y su hermano D. Agustín Rubio y Ubín y otorgada en Madrid en 15 de febrero 1793, por el Rey de Armas, D. Antonio Zazo y Ortega. Por otra parte agreguemos que varios de sus integrantes figuran en el listado de 1794 de vecinos de Arcos de la Frontera, "Exentos de Quintas'" en razón de su nobleza.
En la Real Carta Ejecutoria mencionada se le acredita a los interesados, el uso de los blasones que se corresponderían con el linaje Rubio: "puesto que a Solar tan esclarecido no podía faltar blasón que le distinguiese; consistiendo en el árbol verde sobre campo de oro, que en su tronco tiene un escudete de oro cargado de cinco panelas verdes en sotuer".
Nuestro meritorio predecesor en esta disciplina, D. Carlos Calvo, tuvo sin duda acceso a una copia de este último documento, dado que transcribió la ascendencia de D. Ignacio Rubio y Ubín, respetando con fidelidad los mismos errores que el documento original, y equivocando también como ya diremos, la filiación de nuestro principal biografiado, D. José Rubio de Velasco y García, a quien hace hijo de su primo D. Agustín Rubio de Velasco y Ubín, pues fueron hijos de dos medios hermanos.
Agreguemos que, si bien es harto precisa la descripción de los blasones de los Rubio otorgados por el Rey de Armas, posiblemente seducido por la sonoridad de los Velasco castellanos, Calvo en su "Antiguo Nobiliario del Río de la Plata", expuso un escudo partido cuyo campo primero es Rubio y en el segundo agregó caprichosamente el conocido jaquelado de Velasco.
RUBIO (de VELASCO)
Por D. Luis C. Montenegro
De San Martín de Valles, Consejo de Onon,
Villaviciosa, Asturias,
a la ciudad de la Santísima Trinidad
y Puerto de Santa María de los Buenos Aires
Nos hemos interesado en la ascendencia y posteridad de D. José Rubio de Velasco y García, hidalgo gaditano quien en 1767 pasó al Río de la Plata en la fragata "El temor de Dios y San Miguel", en compañía de su tío político D. Francisco López Fiesco, quien le introdujo con éxito en el mundo del comercio.
Su éxito en este rubro y su posterior prestigio como cabildante y alférez real, le convirtieron en distinguido vecino de la aldea porteña y sus numerosos hijos, entroncaron con destacadas familias de Buenos Aires.
Hemos seguido las huellas de este linaje por sus ramas de ascendencia, lateralidad y descendencia, a lo largo de casi 500 años, desde su origen asturiano, hasta las ciudades andaluzas de Estepa, Morón de la Frontera, Osuna, Arcos de la Frontera, San Fernando y Cádiz, puerto este último en el cual naciera y partiera años más tarde D. José Rubio, para establecerse en Indias. Fueron identificadas como Rubio de Velasco, únicamente las generaciones de este linaje que se establecieron en Arcos de la Frontera, siendo antes y después de ello y hasta nuestros días como veremos, reconocidas simplemente como Rubio.
También interesa asegurar, que nada tienen en común estos Rubio con los más añejos llamados "del Rubio", cuyo primer representante llegado a estas tierras por 1650, es decir cien años antes, fue José del Rubio, alférez, castellano nacido en Soria, quien contrajo matrimonio con Da. Barbóla Casco de Mendoza y Machado. Una nieta de estos, Da. María Manuela del Rubio y Díaz de Gámiz, casó con el sargento mayor Clemente López de Osornio y fueron a su vez estos, abuelos de D. Juan Manuel de Rosas.
Nuestro trabajo ha logrado establecer [que] se trata éste de un linaje de hijosdalgo, cuyos miembros a pesar de no haber ocupado importantes cargos políticos, militares o religiosos, fueron desde siempre considerados como tales en los lugares donde residieron. Corroborando esto, digamos que su limpieza de sangre fue confirmada en 1682 con la información "Ad Perpetuam Rei Memoriam" impulsada en Oviedo por los hermanos Juan, Luis, Pedro, María y Gerónima Rubio de Velasco avecindados en Arcos; luego por la "Información de Nobleza de Sangre" llevada a cabo por D. Salvador Rubio López de Navas en 1758 y finalmente por la "Real Carta Ejecutoria de Hidalguía y Nobleza", diligenciada por D. Ignacio Rubio y Ubín y su hermano D. Agustín Rubio y Ubín y otorgada en Madrid en 15 de febrero 1793, por el Rey de Armas, D. Antonio Zazo y Ortega. Por otra parte agreguemos que varios de sus integrantes figuran en el listado de 1794 de vecinos de Arcos de la Frontera, "Exentos de Quintas'" en razón de su nobleza.
En la Real Carta Ejecutoria mencionada se le acredita a los interesados, el uso de los blasones que se corresponderían con el linaje Rubio: "puesto que a Solar tan esclarecido no podía faltar blasón que le distinguiese; consistiendo en el árbol verde sobre campo de oro, que en su tronco tiene un escudete de oro cargado de cinco panelas verdes en sotuer".
Agreguemos que, si bien es harto precisa la descripción de los blasones de los Rubio otorgados por el Rey de Armas, posiblemente seducido por la sonoridad de los Velasco castellanos, Calvo en su "Antiguo Nobiliario del Río de la Plata", expuso un escudo partido cuyo campo primero es Rubio y en el segundo agregó caprichosamente el conocido jaquelado de Velasco.
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