El reconocido heraldista estadounidense padre Guy Selvester (cuyas armas encabezan esta entrada), en su blog "OmniaPost", tiene una "sección" cuyo título podría traducirse como "Escudos de personas que probablemente usted nunca imaginó que tuvieran uno". Allí, junto a los escudos de personajes como Bach, Clark Gable o Galileo, puede uno encontrar las armas de Carlos Darwin.
Antes de mostrarlas, recordemos la vinculación de Darwin con nuestro país.
Cuando contaba apenas 22 años, Darwin emprendió en 1831 el famoso viaje que, entre otros destinos, lo trajo a la Argentina.
A lo largo de su recorrido por nuestro país, Darwin registró "las costumbres de criollos y nativos, las características de la fauna y flora, los fósiles, así como los aspectos geológicos de nuestro territorio".
Arribó en el HMS Beagle a la desembocadura del Río Negro, donde Juan Manuel de Rosas, entonces Gobernador de Buenos Aires, tenía establecido su campamento de las campañas previas a la Conquista del Desierto. Desde allí, "con la autorización de Rosas y el pasaporte que le había otorgado el gobierno de Buenos Aires como naturalista del Beagle, Darwin inicia un recorrido por nuestras pampas a caballo hasta la ciudad de Buenos Aires. Luego de una breve visita a Santa Fe, nuevamente se embarca y recorre la costa patagónica. Desde allí se dirige a las islas Malvinas las cuales, hacía tan solo un año, habían sido ocupadas por la corona británica. Luego de visitar Tierra del Fuego, Darwin recorre las costas chilenas hasta Santiago de Chile".
En marzo de 1835 Darwin reingresó en nuestro país desde Chile atravesando la cordillera por el paso de Potrerillos. Finalmente volvió a abandonar el territorio argentino regresando nuevamente a Chile, a través del histórico paso de Uspallata.
Dos datos más acerca de los vínculos entre Darwin y la Argentina. El primero: hay quien piensa que fue aquí, y a causa de las observaciones que pudo realizar en nuestro territorio, donde pergeñó su teoría de la evolución. Y el último: se cree que Darwin murió del mal de Chagas a causa de una picadura de vinchuca recibida en la Argentina.
"Cuando estuve a bordo del Beagle, como naturalista, me llamó mucho la atención la distribución de los habitantes de Sudámerica y las relaciones geológicas del presente con los habitantes del pasado en esa parte del continente. Me dio la impresión de que estos hechos aclaraban el origen de las especies, ese misterio de misterios, como lo llamó uno de nuestros más grandes filósofos”Charles Darwin, 1859
Finalmente, ahora sí, el escudo de armas prometido, de Charles Darwin:
Los párrafos entrecomillados y en cursiva han sido tomados de un sitio vinculado a la Universidad Nacional de La Plata: "Darwin, la evolución de la evolución".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario