En Buenos Aires (según datos del año 2000) hay 131 monumentos, 186 bustos, 122 estatuas, 59 grupos escultóricos, 21 relieves, 22 figuras, y más de otras 600 obras entre fuentes, jarrones, y motivos decorativos varios, contando sólo el patrimonio escultórico y decorativo en exteriores. La ciudad es "un museo a cielo abierto", como se ha dicho más de una vez.
Del total de estatuas porteñas, un buen número son estatuas ecuestres. Citando rápidamente y de memoria: el monumento a San Martín en la plaza que lleva su nombre, la estatua de Belgrano en Plaza de Mayo, las estatuas que rinden homenaje a Güemes, Alvear, Rosas, Mitre... y hay varias más...
Pero en ese listado, que sepamos, aparece una sola estatua ecuestre cuyo jinete embrace un escudo. Se trata del monumento al Cid Campeador, que aquí vemos:
El monumento al Cid Campeador se halla en una plazoleta en el barrio de Caballito, muy cerca del centro geográfico de la ciudad de Buenos Aires.
Es una escultura de la artista estadounidense Anna Hyatt Huntington.
Fue inaugurada en 1935, en un día como hoy, 13 de octubre, al día siguiente del Día de aquella Raza cuyo heroísmo honra.
El monumento al Cid Campeador se halla en una plazoleta en el barrio de Caballito, muy cerca del centro geográfico de la ciudad de Buenos Aires.
Es una escultura de la artista estadounidense Anna Hyatt Huntington.
Fue inaugurada en 1935, en un día como hoy, 13 de octubre, al día siguiente del Día de aquella Raza cuyo heroísmo honra.
En el acto de su inauguración dijo Ricardo Levene:
“El Cid Campeador es símbolo representativo de la psicología de un pueblo y de valores superiores del espíritu humano. Su historia se identifica con la leyenda, porque su vida fue sobrehumana.
[...] Dice el sabio español Ramón Menéndez Pidal en ‘La España del Cid’ (siglo XI) -que es el monumento más duradero que el bronce erigido en su memoria, porque está hecho de verdad y severa justicia-, que desde su mundo superior el Cid desciende para entrar con paso firme en el campo de la historia y afrontar serenamente este riesgo mayor que todos los peligros de la vida
[...] La conquista de América fue popular como lo había sido la reconquista hispánica. La individualidad ejemplar de la nueva epopeya es como
[...] La hispanidad no fue nunca la concepción de la raza única e invariable, ni en la Península ni en América, sino por el contrario, la mezcla de razas, los pueblos diversos, que golpeaban en oleadas sobre el depósito subhistórico”.
Una base prismática revestida con piedra traída de Burgos sostiene a la estatua; en el frente se lee
"SIGLO XI - EL CID CAMPEADOR
ENCARNACIÓN DEL HEROÍSMO
Y ESPÍRITU CABALLERESCO DE LA RAZA"
Todas las fotografías de esta entrada fueron tomadas por mí el 10 de diciembre de 2011, y muestran desde diversos ángulos la figura de Rodrigo Díaz de Vivar que lleva una lanza con una banderola en su mano derecha y un escudo en su brazo izquierdo:
Si algún lector conoce la existencia de alguna otra estatua ecuestre con jinete portando escudo, le rogamos nos lo informe para abordar el tema en alguna otra entrada.
De este modo rendimos homenaje a la fecha celebrada ayer, y al aniversario de la inauguración de esta estatua, que se cumple hoy. Y cerramos esta semana especialmente dedicada a celebrar los 520 años del Descubrimiento de América.
De este modo rendimos homenaje a la fecha celebrada ayer, y al aniversario de la inauguración de esta estatua, que se cumple hoy. Y cerramos esta semana especialmente dedicada a celebrar los 520 años del Descubrimiento de América.
Hermoso monumento, que exalta las raices de nuestra querida nación. Y la heráldica tiene también una gran virtud: recordarnos, con su maravilloso lenguaje simbólico, verdades que no pueden ser ocultadas.
ResponderBorrarGracias, Alejandro por esta serie en homenaje al día de la Hispanidad.
Luis Fernández
Coincido. Muchas gracias-
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