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miércoles, 16 de diciembre de 2020

Escudo de monseñor Pedro de Fajardo

Pedro de Fajardo nació en Córdoba de Andalucía, en España, en 1664. Era hijo de un caballero de la Orden de Calatrava, descendiente de una de las principales familias de Murcia. Ingresó en la Orden Trinitaria a los 15 años. Ocupó diversos cargos de importancia en su orden. Siendo Visitador y Examinador Sinodal en Jaén fue propuesto para Obispo de Buenos Aires en 1708. La sede porteña estaba vacante desde 1700.

Tras un complejo conjunto de circunstancias, incluyendo un viaje frustrado a América, Fajardo fue efectivamente nombrado Obispo de Buenos Aires en 1713. Fue consagrado en Cartagena de Indias en 1716 y llegó  al Río de la Plata en 1717. Gobernó la sede porteña hasta su muerte, de la que justamente hoy se cumplen 291 años.


Su escudo episcopal consta de las armas tradicionales de los Fajardo (en campo de oro, tres rocas de su color puestas en faja sobre ondas de agua de azur y plata, y sumada cada una de las rocas por una rama de ortiga de siete hojas de sinople) con los ornamentos propios de la dignidad episcopal.

En un sitio sobre Heráldica Valenciana se nos informa lo siguiente:


De la palabra "Ortigueira", sitio de La Coruña donde los Fajardo tuvieron su solar, quizás proceden las ortigas del escudo.  
Otra versión señala que Pedro Yánez Gallego, Señor de Santa Marta de Ortigueira, «fue el primero en usar el sobrenombre de Fajardo o Faxardo, convertido luego en apellido de sus descendientes. Refiere la leyenda que adquirió dicho sobrenombre por haber vencido en desafío a un moro, en lucha de brazos, que llamaban a la sazón fajar». «Salazar y Castro refiere "que le llamaron Fajardo los moros por la palabra Faxchard, que vale tanto como cerro fuerte"».

1 comentario:

  1. Impresiona leer estas historias de hombres que dejaban todo por el Señor y su Iglesia. Ubicarse en ese tiempo e imaginar un viaje a Buenos Aires desde el Mediterráneo, nos habla de personajes heroicos. Y la ascendencia de los Fajardo, que la Heraldica tan bien registra, nos muestra una historia magnífica de caballeros íntegros en su fe, hasta llegar a batallar por su defensa. ¡Qué bueno es leer estos registros históricos! Gracias por su publicación,

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