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jueves, 24 de octubre de 2019

Escudo del Ateneo "San Rafael Arcángel"

Frente al templo parroquial dedicado en Buenos Aires a San Rafael Arcángel funciona el Ateneo de igual nombre, que exhibe en su frente el escudo que vemos en la imagen.


Aunque adopta el recurso, trillado y poco apropiado, de usar las iniciales del nombre de la institución (A.S.R.A.), el escudo merece una mención por un detalle que sí lo hace valioso. Sobre un cuartelado que combina los colores nacionales y los papales (1° de azur-celeste, 2° y 3° de plata, 4° de oro), con filiera de oro y una cruz acolada en palo, el escudo presenta un solo y expresivo símbolo: un pez de oro en palo.


El símbolo está muy bien elegido porque es el atributo iconográfico más habitual de San Rafael, a causa del episodio que se relata en el libro de Tobías  (6, 1-9), cuando éste y su misterioso compañero (que se hace llamar Azarías pero más tarde se revela como Rafael) emprenden juntos un  viaje: 
Caminaron los dos y, al llegar la primera noche, acamparon a orillas del río Tigris. El joven bajó a lavarse los pies en el río, y de pronto saltó del agua un gran pez que intentó devorarle el pie. El joven gritó, pero el ángel le dijo: «¡Agárralo y no lo dejes escapar!». Entonces él se apoderó del pez y lo sacó a tierra.
El ángel le dijo: «Ábrelo, sácale la hiel, el corazón y el hígado, y colócalos aparte; luego tira las entrañas. Porque la hiel, el corazón y el hígado son útiles como remedios». El joven abrió el pez, y le sacó la hiel, el corazón y el hígado. Asó una parte del pez y la comió, y guardó la otra parte después de haberla salado.
Luego los dos juntos continuaron su camino hasta llegar cerca de Media. Entretanto, el joven preguntó al ángel: «Hermano Azarías, ¿qué clase de remedio hay en el corazón, en el hígado y en le hiel del pez?».
El ángel le respondió: «Si se quema el corazón o el hígado del pez delante de un hombre o de una mujer atacados por un demonio o espíritu maligno, cesan los ataques y desaparecen para siempre. En cuanto a la hiel, sirve para ungir los ojos afectados de manchas blancas: basta con soplar sobre esas manchas para que se curen».
El efecto anunciado por Rafael se cumple de inmediato con la que sería esposa de Tobías, y más tarde con el padre del joven, afectado por una ceguera.

Publicamos esta entrada en el día dedicado a San Rafael en el Calendario Litúrgico de la Forma Extraordinaria del Rito Romano. Hoy mismo, el blog hermano "Al ritmo del Año Litúrgico" dedica una entrada al arcángel,  a su iconografía y al templo porteño que le está consagrado. Tomé las fotos en julio del año pasado.

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