"Flores apparuerunt in terra nostra": la Liturgia toma estas palabras del Cantar de los Cantares (2, 12) y las aplica al milagro acaecido en México el 12 de diciembre de 1531, cuando la Virgen de Guadalupe hizo brotar flores en el cerro del Tepeyac, conforme lo relata el Nican Mopohua:
-SUBE, HIJO MÍO EL MENOR, A LA CUMBRE DEL CERRILLO, A DONDE ME VISTE Y TE DI ÓRDENES. ALLÍ VERÁS QUE HAY VARIADAS FLORES: CÓRTALAS, REÚNELAS, PONLAS TODAS JUNTAS; LUEGO, BAJA AQUÍ; TRÁELAS AQUÍ, A MI PRESENCIA.
Y Juan Diego luego subió al cerrillo, y cuando llegó a la cumbre, mucho admiró cuantas había florecidas, abiertas sus corolas, flores las más variadas, bellas y hermosas, cuando todavía no era su tiempo: porque de veras que en aquella sazón arreciaba el hielo; estaban difundiendo un olor suavísimo; como perlas preciosas, como llenas de rocío nocturno.
Luego comenzó a cortarlas, todas las juntó, las puso en el hueco de su tilma. Por cierto que en la cumbre del cerrito no era lugar en que se dieran ningunas flores, sólo abundan los riscos, abrojos, espinas; nopales, mezquites, y si acaso algunas hierbecillas se solían dar, entonces era el mes de diciembre, en que todo lo come, lo destruye el hielo.
Y en seguida vino a bajar, vino a traerle a la Niña Celestial las diferentes flores que había ido a cortar, y cuando las vio, con sus venerables manos las tomó; luego otra vez se las vino a poner todas juntas en el hueco de su ayate, y le dijo:
-MI HIJITO MENOR, ESTAS DIVERSAS FLORES SON LA PRUEBA, LA SEÑAL QUE LLEVARÁS AL OBISPO; DE MI PARTE LE DIRÁS QUE VEA EN ELLAS MI DESEO, Y QUE POR ELLO REALICE MI QUERER, MI VOLUNTAD.
"Aparecieron flores en nuestra tierra" (Cant 2, 12). Las flores serán el eje que estructurará las entradas que compartiremos a lo largo de esta semana, recordando los 485 años de las apariciones de la Madre de Dios en México y el milagro de las flores que acabamos de evocar.
Hoy comenzamos la serie, que terminará el sábado, mostrando los dos escudos provinciales argentinos que tienen flores. En orden alfabético:
Jujuy: dos emblemas rosáceos de cuatro pétalos cada uno
Hoy comenzamos la serie, que terminará el sábado, mostrando los dos escudos provinciales argentinos que tienen flores. En orden alfabético:
Jujuy: dos emblemas rosáceos de cuatro pétalos cada uno
Las imágenes de Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan Diego las tomé en febrero del año pasado en la capilla homónima ubicada en Beguiristain 143, de Avellaneda; los escudos y su explicación adjunta corresponden al sitio del Consejo Federal de Inversiones.
A lo largo de esta semana, siguiendo más o menos caprichosamente este hilo, mostraremos escudos que de una u otra manera aparezcan vinculados con el tema "flores".
A lo largo de esta semana, siguiendo más o menos caprichosamente este hilo, mostraremos escudos que de una u otra manera aparezcan vinculados con el tema "flores".
Hay que aclarar que San Juan Diego existió, nació en Cuautitlan en 1474, y murió en Ciudad de Mexico en 1548, a la edad de 74 años, y rtenia 57 años, cuando se le apareció la Virgen Maria de Guadalupe en el cerro Tepeyac.
ResponderBorrar¡Claro! Muchas gracias
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