En una entrada anterior mostrábamos el escudo de la Orden de Agustinos Recoletos que aparece en el frente de la casa parroquial de la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación, junto al templo ubicado en la avenida Scalabrini Ortiz cerca de la esquina con la avenida Córdoba. Publicamos entonces algunas fotos de ese escudo. La fotografía que publicamos bajo este párrafo, aunque es similar a aquellas, no fue publicada en esa ocasión:
En la parte trasera del mismo edificio, que da sobre la calle Aráoz, también puede verse el escudo de la Orden, en otra versión, que esta vez está pintada sobre un mosaico:
Si pasamos al interior de la iglesia, también podemos ver el mismo escudo en varios lugares. Así, por ejemplo, en uno de los ángulos del templete que forma el camarín de la Virgen.
La de la iglesia nave está adornada con numerosos vitrales que representan a santos vinculados con San Agustín y con la Orden. En la parte superior de cada uno de ellos puede verse los mismos símbolos que adornan el campo del escudo agustino:
El corazón en llamas y atravesado por una flecha evoca aquella famosa frase de San Agustín: "Fecisti nos, Domine, ad Te et inquietum est cor nostrum, donec requiescat in Te": "Nos creaste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en Ti".
El libro, a su vez, recuerda el episodio de la vida de Agustín antes de su conversión, cuando estando en el jardín con un amigo, oyó la voz de un niño de una casa vecina que decía: "Tolle, lege", "Toma y lee". Entendió el mensaje como una invitación divina, tomó la Biblia, la abrió y leyó un pasaje de la carta a los Romanos (13, 13ss). Al llegar al final se desvanecieron sus dudas y decidió hacerse cristiano.
Aunque es publicada hoy, esta entrada fue escrita el día de la fiesta agustina recoleta de Nuestra Señora de la Consolación. Nos informa la página web de la orden que "al menos desde el siglo XVII, «Madre de Consolación» o «Madre de la Correa» es el título principal con que la Orden agustiniana honra a la Virgen. En 1439 obtuvo la facultad de erigir para los laicos la «cofradía de la cintura». Una antigua leyenda, nacida en el seno de la Orden, narraba que la Virgen se había aparecido a santa Mónica, afligida por la suerte de Agustín, consolándola y dándole una correa, la misma con que después se habrían de ceñir Agustín y sus frailes. De ordinario, la iconografía representa a la Virgen y al Niño en el acto de entregar sendas correas, respectivamente, a santa Mónica y a san Agustín. En 1495 surgió en la iglesia agustiniana de Bolonia la cofradía de «Santa María de la Consolación». En 1575 ambas cofradías se fusionaron en una única archicofradía de la Correa, a la que los papas enriquecieron con abundancia de indulgencias. En los últimos calendarios litúrgicos aprobados se la declara Patrona de la Orden".
Esta historia de la correa explica asimismo la presencia, en el escudo de la Orden, de una correa o cinturón, como puede verse claramente en la foto que cierra esta entrada.
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