En el sitio web del Colegio Diocesano "Monseñor Alemán" (a cuyo escudo, por otra parte, nos referimos el 4 de septiembre de 2010), encontramos casualmente, en una navegación azarosa por la Red, el escudo episcopal de monseñor Alejandro Antonio Buccolini, quien, siendo Obispo de Río Gallegos, fundó ese instituto.
Monseñor Buccolini nació en 1930 y fue ordenado sacerdote en 1957 en la congregación salesiana. Hoy se cumplen 21 años de su ordenación episcopal. Sucedió precisamente a monseñor Alemán como Obispo de Río Gallegos, cargo que ejerció desde 1992 hasta cumplir la edad canónica, en 2005.
Así viene descripto su escudo episcopal en el sitio a que hicimos referencia al comienzo de esta nota:
"Embraza
todo el escudo la Cruz de la Nueva Evangelización, de oro, símbolo de Cristo,
ayer, hoy y siempre, presente en la historia del hombre.
El
campo superior, de azul oscuro, es símbolo de la Paternidad de Dios, todo
caridad, y de la metodología de la bondad.
A
siniestra, una Estrella de seis puntas de plata, símbolo de María, presencia
materna, modelo de fe, fuente de esperanza y estrella de la nueva
evangelización.
En
el campo inferior diestro, de sinople, cuatro estrellas dispuestas como la CRUZ
DEL SUR, de plata, simboliza la tierra para la cual
Dios eligió a este Obispo.
El color verde
expresa la esperanza de las fértiles praderas del hombre sediento de Dios, y de
los valores evangélicos.
En el campo
inferior siniestro, de gules, el color Rojo es símbolo del amor de Dios y de la
historia del hombre con sus desafíos, sus esperanzas y su dolor".
En cuanto al lema, "La caridad de Cristo nos apremia", es explicado de este modo:
"Este lema sugiere:
Anunciar el reino, sanar y salvar.
La predilección por los pequeños y los pobres.
El deseo de congregar a los discípulos en la unidad de la comunión fraterna y de reunir a todos los hombres, sin discriminación de razas o condición social.
Otra instancia que sugiere:
La urgencia de dar respuesta pastoral a los desafíos y a las nuevas necesidades del hombre".
Le faltan al escudo, lamentablemente, los ornamentos exteriores indicativos de la dignidad episcopal.
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