Hemos seguido un orden de prelación lógico para mencionar a los cinco cardenales presentes en Buenos Aires para el Congreso Eucarístico de 1934: primero el Legado Pontificio, luego el cardenal más antiguo (Hlond, 1927), a continuación los dos cardenales del consistorio de 1929 empezando por el que ostenta el título patriarcal (Goncalves Cerejeira, Verdier).
Nos resta el último cardenal elevado a tal condición, ya que lo fue en el consistorio del 30 de junio de 1930: Sebastián Leme da Silveira Cintra, que en tiempos del Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Buenos Aires era Arzobispo de San Sebastián de Río de Janeiro.
Nació en 1882 y fue ordenado sacerdote en 1904. En marzo de 1911 fue preconizado Obispo Titular de Ortosia de Fenicia y Auxiliar de Río de Janeiro, y el 24 de junio siguiente recibió la ordenación episcopal, en Roma, siendo uno de los co-consagrantes el entonces Obispo de La Plata, monseñor Juan Nepomuceno Terrero y Escalada.
Algunos años después fue promovido a Arzobispo de Olinda (que se unió más tarde a Recife) y en 1921 fue designado Coadjutor de Río, con derecho a sucesión. A la muerte de su antecesor, Joaquín Arcoverde de Albuquerque Cavalcanti, el 18 de abril de 1930, Leme asumió automáticamente como Arzobispo de Río de Janeiro.
Al ser creado cardenal le correspondió el Título Presbiteral de San Bonifacio y San Alejo.
Como un dato simpático de su pontificado arzobispal, mencionemos que fue Legado Papal para la inauguración del famosísimo Cristo Redentor de Río, el 12 de octubre de 1931. Bajo estas líneas, una foto del célebre monumento, y una crónica acerca de su construcción, tomada del Boletín Parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe (año VI, N° 243) del 1 de diciembre de 1929.
El cardenal Leme murió en el año 1942.
Lamentablemente, no disponemos de una mejor versión de su escudo que la que ya hemos mostrado. A sabiendas de que la calidad de la imagen es baja, hemos ampliado aquí el campo del escudo cardenalicio (sin ornamentos exteriores) para poder apreciar un poco mejor sus símbolos.
El escudo es cuartelado, pero sólo el primer cuartel nos ofrece un símbolo cristiano reconocible: el Sagrado Corazón de Jesús. Probablemente Leme fuera devoto del Corazón de Jesús; sus restos reposan en el Santuario del Corazón Eucarístico de Jesús en Río. Son una incógnita los cinco cisnes del segundo cuartel, así como los elementos de los restantes cuarteles, quizás procedentes de su linaje familiar. Al no conocer los esmaltes, el problema se agrava.
El escudo está acompañado de la cruz arzobispal, mitra y báculo acolados, y en la parte inferior el palio arzobispal, además del galero correspondiente. También puede identificarse el lema que acompaña al escudo: "Cor unum et anima una", "Un solo corazón y una sola alma", que podría proceder del libro de los Hechos de los Apóstoles (4, 32): "La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma"; "Multitudinis autem credentium erat cor et anima una".
Terminamos con una foto del cardenal brasileño en su visita a Buenos Aires
Concluimos esta serie de seis entradas publicando una vez más la imagen de los cinco cardenales que visitaron nuestra ciudad hace 77 años, orando en la Catedral. Sea también nuestro homenaje, ya que mañana se cumplen 77 años de la solemne inauguración del Congreso Eucarístico y 53 años de la muerte del papa Pío XII.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario