"Y exaltó a los humildes": la frase de la Virgen María en el Magníficat, muy apropiada para la fiesta de la Asunción que celebramos hoy, fue el lema episcopal de monseñor Antonio Brasca, cuyo escudo vemos junto a estas líneas.
Antonio Alfredo Brasca nació en 1919 en Cañada de Gómez, provincia de Santa Fe.
Fue ordenado sacerdote en 1943.
Trabajó en la diócesis de Rafaela, en la que llegó a ser Vicario General durante el pontificado en esa sede de monseñor Vicente Zazpe.
Cuando Zazpe fue promovido al Arzobispado de Santa Fe, Brasca fue designado para sucederlo como Obispo de Rafaela. Recibió la ordenación episcopal el 16 de marzo de 1969.
Ejerció el cargo hasta su prematura muerte, ocurrida el 26 de junio de 1976.
El libro "Obispos de la Argentina", de José Luis Batres, nos presenta su escudo episcopal.
No tenemos información oficial sobre este escudo. De azur-celeste una barra de plata. Los símbolos son difíciles de identificar. Brochante sobre el todo, una cruz latina de oro; a sus pies, en punta, una flor de lis de gules.
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