Hoy nuestro Blog cumple quince años de vida. Para celebrar este aniversario, compartiremos un breve fragmento del libro "Blasón de Plata", al que ya nos referimos en las entradas de los días 1° y 20 de este mes.
Al final del capítulo XXIX de la obra, Ricardo Rojas se refiere en estos términos al simbolismo de nuestro Escudo Nacional (el destacado es nuestro).
Aprended, mentores y soñadores de una fraternidad bárbara, de un cosmopolitismo regresivo, de un individualismo absurdo –anarquistas, nihilistas, imperialistas, nietzcheanos–, que va a quedar sordo para vuestra voz el aire de este ámbito matinal que antes la conducía, porque otro credo más noble, más firme, más humano, más piadoso, más fraternal, más justiciero, más clarividente, más libertador, más progresivo –más «argentino» en vibración y en idea–, ha llegado para la juventud de nuestra América. El triunfo del cosmopolitismo y del individualismo no puede ser sino un retardo para la civilización. Nada nuevo nos han traído, que, si fuese bueno, no estuviese ya, como historia o como profecía, simbolizado en los emblemas del Blasón que restauro. Forma visible de todo ello es nuestro escudo cívico, donde las manos entrelazadas de la fraternidad sostienen el gorro frigio de la libertad, sobre una línea recta de igualdad, divisoria del campo ovalado, cuyo círculo es de justicia. Y todavía tiene símbolos de paz en los olivos, símbolos de gloria en los laureles, símbolos de fuerza en las armas, símbolos de nuestra propia vida en el dorado sol naciente.
Ilustramos la entrada con fotos propias e inéditas de la soberbia versión del escudo que aparece en el frente del Palacio de Aguas Corrientes.
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