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viernes, 27 de junio de 2025

Escudo de monseñor Roberto Carlos Zacarías López

La Diócesis de Canindeyú fue creada en febrero del año pasado. Su primer y actual obispo es monseñor Roberto Carlos Zacarías López

Nacido en 1972, Roberto Carlos Zacarías López fue ordenado presbítero para Ciudad del Este en 1999. Tras su nombramiento como primer Obispo de Canindeyú, recibió la ordenación episcopal el 2 de marzo de 2024.

Este es su elegante escudo episcopal:

Partido.

1° de plata, un corazón de gules superado por llamas de fuego de gules y oro.
2° de azur-celeste una estrella de oro de ocho puntas; en punta un bote de su color sobre ondas de plata y azur.

Cruz episcopal acolada en palo. Galero episcopal de sinople como timbre.

El lema es "Somos colaboradores de Dios".



La consagración episcopal de monseñor López tuvo lugar en la iglesia erigida en nueva catedral, consagrada al Sagrado Corazón de Jesús (dato significativo a la hora de interpretar el escudo y que, por supuesto, determina la elección de la fecha de esta entrada). La celebración estuvo presidida por  el Cardenal Adalberto Martínez Flores, quien en su homilía hizo varias referencias al escudo y al lema del nuevo obispo:

El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es Jesucristo, dice el Apóstol… pero, somos colaboradores de Dios, y ustedes son el campo de Dios, el edificio de Dios, indica también Pablo.

Y de este pasaje a los corintios está tomado el lema episcopal que ha escogido Mons. Roberto para guiarle en su misión de pastor. Al explicar su lema, Mons. Roberto expresa que Pablo ha acuñado algunas de las más hermosas imágenes sobre la Iglesia, a la que llama “campo que Dios cultiva”, “casa que Dios edifica”; estas imágenes sirven para ilustrar, por una parte, el protagonismo, y por otra el dinamismo de la acción divina: Sólo Dios es el que hace crecer y desarrollarse, también hoy a la comunidad cristiana y a cada uno de sus miembros. Pero una vez asegurado el protagonismo absoluto de Dios y de Cristo, Pablo habla de la necesaria colaboración humana. Una colaboración que ha de ser a la vez solidaria y personal, seria y comprometida.

(...) 

En este contexto adquiere pleno sentido y trascendencia lo que nuestro hermano, Mons. Roberto Zacarías, recoge en su escudo episcopal y expone como programa de su episcopado: “Aquí estamos todos; ha llegado la hora de remar mar adentro. Ha llegado la hora, y debemos ser puntuales. Toda la Iglesia y cada uno de nosotros, recibe esta llamada al inicio del Tercer Milenio. Hay que remar, tirar las redes y recoger los peces para alimentarlos con la vida y la verdad de Cristo. Ninguno puede sentirse excluido de esta urgente llamada; por el contrario, todos los miembros de la Iglesia mueven los remos, y el Capitán de la barca es Pedro, el Santo Padre. Ha llegado la hora en que, testificando con el poder del Espíritu Santo, nos lancemos a la Nueva Evangelización, tan necesaria en el mundo de hoy”.

(...) 

 

Querido hermano Roberto, tal como expresas en tu lema y escudo, es Cristo, de hecho, quien en el ministerio del obispo continúa predicando el Evangelio de la salvación, es Cristo quien continúa santificando a los creyentes a través de los sacramentos de la fe. Es Cristo quien en la paternidad del obispo hace crecer su cuerpo, que es la Iglesia, con nuevos miembros prestando especial atención a las familias, a los niños y jóvenes. Es Cristo quien, con la sabiduría y la prudencia del obispo, guía al pueblo de Dios en la peregrinación terrena hacia la felicidad eterna. 

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