En la localidad bonaerense de Rafael Calzada funcionó, desde 1922 hasta 1977, la primera casa de formación para misioneros ad gentes fundada en América. Hablamos del Colegio Apostólico San Francisco Javier, de la Congregación del Verbo Divino, que a lo largo de esos 55 años dio a la Iglesia Universal casi 300 sacerdotes y más de 50 hermanos.
Además de todo lo vinculado con su finalidad específicamente religiosa, se desarrollaba allí, como es de imaginar, una intensa actividad cultural; así lo señala el sacerdote e historiador Valerico Imsant, de la misma Congregación, en una de sus obras ¹:
Fuera de lo propiamente religioso, «la actividad normal de la mayor parte de los moradores del colegio apostólico era la cultural. Predominaban en su seno los estudiantes, ya fueran chicos o grandes: alumnos, candidatos a Hermanos, filósofos y teólogos, y todos ellos dedicados a la adquisición de los conocimientos que les eran exigidos de acuerdo a su condición. Con ellos convivía un considerable grupo de profesores abocados a la enseñanza. De modo que la instrucción y el estudio eran las ocupaciones permanentes de la mayoría. Al margen de las clases y del estudio sistemático, se daban una serie de actividades culturales cuya memoria es menester rescatar. Entre ellas citaremos, en primer lugar, los actos académicos que se organizaban con motivo del onomástico del Rector o del Prefecto, de la celebración de fiestas nacionales, de las despedidas de misioneros y de otros acontecimientos similares. Los programas de estos actos incluían discursos, poesías, conferencias, canto y música con la participación del coro, orquesta y banda. Tanto uno como otras de estos últimos, estaban integrados por los estudiantes y Hermanos. Orquesta y coro solían amenizar los actos académicos, en tanto la banda solemnizaba las procesiones y animaba las fiestas patrias.
Cualquier festejo era buena ocasión para una representación teatral. Las crónicas nos informan de la frecuencia de tales representaciones. Dramas, comedias y sainetes eran llevados a las tablas. Se representaban obras tanto en alemán como en castellano. En una oportunidad, los alumnos del VI año de humanidades presentaron todo un acto con discurso, poesía, canto y dos sainetes, en francés. También se pusieron en escena obras de autoría casera como el melodrama titulado "La Capilla del Bosque", compuesta en 1927 por el entonces estudiante de teología Enrique Mühn ─más tarde obispo de Jujuy─ y cuya representación fue recordada durante años. La actuación sobre el escenario fue, sin duda, una importante escuela de presentación en público para estos futuros predicadores del mensaje evangélico, a quienes no se les brindaban, por entonces, muchas otras oportunidades de hacerlo».
¹ "Los Misioneros del Verbo Divino en Argentina" (Bs. Aires, Editorial Guadalupe, 2003)
La foto, que no tiene referencias de fecha o autor, pertenece a los archivos de la casa verbita de Rafael Calzada, y la publica en otra de sus obras ² el padre Imsant, con el epígrafe: "Conjunto que representó una de las frecuentes obras de teatro, junto a su Director, el P. José Rieger". El padre José Rieger fue Rector del Colegio Apostólico entre 1935 y 1937: quizás eso nos dé una pista acerca de la fecha en que pudo haber sido tomada la fotografía...
² "El Colegio Apostólico San Francisco Javier de Rafael Calzada" (Bs. Aires, Ed. Guadalupe, 1990)
La imagen nos muestra el elenco, la escenografía y el vestuario de alguna de aquellas obras teatrales; naturalmente, nos interesa poner nuestra atención en los escudos que se ven en la foto. Los dos más destacados son los que aparecen en primer plano.
De esos dos escudos principales, el de la izquierda, por su león coronado de doble cola ("horquillado"), parecería el escudo de Bohemia. El de la derecha parece ser el escudo de Rehna.
Los escudos de los estados alemanes de Sarre y de Mecklemburgo-Pomerania Occidental (que vimos en este Blog en el año 2011 pues se exhiben en Plaza Alemania) tienen también, en alguno de sus cuarteles, estos mismos símbolos.
La presencia de tales escudos en la representación teatral del Colegio Apostólico de la Congregación del Verbo Divino tiene su lógica, ya que la mayor parte de sus miembros, en aquellos tiempos, era de origen alemán.
Otros dos escudos, similares entre sí y justamente de forma "alemana", muestran un águila exployada; finalmente, en el eje central, más atrás, puede verse otro escudo que trae, en la parte que se ve, una torre y un ave que vuela sobre ella. Sobre estos blasones, menos visibles, no nos atrevemos a formular hipótesis.
Otros muchos detalles de interés ofrece la imagen en lo que hace al vestuario, accesorios y "maquillaje" de los estudiantes que se preparaban al sacerdocio (incluso desde muy jóvenes) en el Colegio Apostólico San Francisco Javier. Nos limitamos a la Heráldica, para mostrar una vez más, con alegría y orgullo, hasta qué punto nuestra disciplina se hace presente a cada paso, en nuestro presente y en nuestra historia.
«El 12 de marzo [NB: de 1922] fue elegido como día de la inauguración oficial de la Escuela Apostólica. No fue una fecha tomada al azar, sino elegida con premeditación por conmemorarse en la misma el tricentenario de la canonización de San Francisco Javier, patrono de la casa», dice el padre Valerico Imsant en su libro sobre la casa. Elegimos la misma fecha para esta entrada.
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