En dos ocasiones tomé fotografías del frente de la casona ubicada en Sarandí 283. La primera vez fue en diciembre de 2013; volví al mismo lugar en julio siguiente.
Por ello es muy elevado el número de fotos que obtuve del escudo ubicado sobre la puerta mayor. Son tantas (y, en verdad, un poco redundantes) que decidí confeccionar con todas ellas dos collages. Acabamos de ver el primero.
Bajo estas líneas, el frente de la casa, tomado desde la acera opuesta. Funciona allí una institución educativa.
El escudo está situado, como vemos, sobre la puerta del garage. Sobre la puerta menor hay una figura que puede apreciarse en el centro del siguiente collage, y a la que dedicamos la entrada de hoy en La piedra que nos mira.
El escudo mismo es un cuartelado, con símbolos que muy probablemente sean genéricos, sólo decorativos. 1° y 4° una estrella de seis puntas; 2° y 3° una flor de lis. Timbrado con un yelmo y soportado por dos figuras mitológicas de cuadrúpedos alados. Todo el conjunto tiene dignidad y belleza.
Agradecemos al lector y colaborador habitual de este Blog, don Félix Escudero, quien nos advirtió acerca de la existencia de este bonito blasón.
Por ello es muy elevado el número de fotos que obtuve del escudo ubicado sobre la puerta mayor. Son tantas (y, en verdad, un poco redundantes) que decidí confeccionar con todas ellas dos collages. Acabamos de ver el primero.
Bajo estas líneas, el frente de la casa, tomado desde la acera opuesta. Funciona allí una institución educativa.
El escudo está situado, como vemos, sobre la puerta del garage. Sobre la puerta menor hay una figura que puede apreciarse en el centro del siguiente collage, y a la que dedicamos la entrada de hoy en La piedra que nos mira.
El escudo mismo es un cuartelado, con símbolos que muy probablemente sean genéricos, sólo decorativos. 1° y 4° una estrella de seis puntas; 2° y 3° una flor de lis. Timbrado con un yelmo y soportado por dos figuras mitológicas de cuadrúpedos alados. Todo el conjunto tiene dignidad y belleza.
Agradecemos al lector y colaborador habitual de este Blog, don Félix Escudero, quien nos advirtió acerca de la existencia de este bonito blasón.
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