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lunes, 24 de marzo de 2025

Escudo de la Casa Militar de la Presidencia de la Nación

Cuando yo era chico, en los años 70, en casa se compraban, según los días de la semana y otras circunstancias, tres diarios: La Nación, Clarín y La Opinión. No los tres todos los días, claro, pero el material  periodístico de lectura era siempre abundante. 

En uno de los dos primeros, y probablemente en su revista dominical, apareció lo que hoy es «uno de mis recuerdos heráldicos más antiguos, y probablemente el primero en incluir referencias técnicas y explícitas al blasonamiento y a los esmaltes de un escudo».

Aquel artículo periodístico decía «que en el escudo de la Casa Militar de la Presidencia de la Nación se había alterado el orden de los colores nacionales.  El autor de la nota, o la persona entrevistada, mencionaba que en ese emblema se habían puesto las franjas blancas en los extremos y la celeste en medio, para poder colocar en esta última el sol sin vulnerar la regla heráldica que prohíbe metal sobre metal»Creo recordar que el entrevistado era José María de Zarazaga-Berenguer.


Relaté este hito fundacional de mi "historia heráldica" en la décimotercera entrada de este Blog y luego, con más detenimiento y mayores referencias al escudo mismo, en la del 1° de abril de 2014, de la que proceden los párrados entrecomillados que acabamos de leer.  En sucesivas entradas, a medida que encontraba más información o nuevas imágenes, volví sobre este escudo, al que dediqué las entradas de los días 30 de mayo de 2015, 9 de diciembre de 2017 y (en un "reblogueo") el 21 de marzo de 2020.

Se trata, en efecto, de un escudo especialmente significativo por su lugar destacado en mi "historia heráldica"; además es un emblema muy bello y bien diseñado. 

Por ello, habiendo hallado en la Red nuevas imágenes del escudo de la Casa Militar, el propósito de esta entrada es sólo mostrarlas.

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