A primera vista parece un escudo común y silvestre, pero vacío, es decir, sin carga alguna. Sin embargo, no es el caso.
Una mirada más atenta permite advertir que se trata en realidad del escudo del Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires, que fue pintado de negro
En el frente de muchas casas, como vimos en varias ocasiones, todavía subsiste el escudo de aquel extraordinario Congreso Eucarístico, celebrado en 1934. En este caso, lamentablemente, el emblema ha sido cubierto con pintura, pero la custodia todavía se deja ver a través de ella.
Publicamos esta entrada en el 90° aniversario de la clausura del XXXII Congreso Eucarístico Internacional.
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