A modo de regalo de Navidad para nuestros lectores, ayer y hoy dedicamos las entradas a las cuatro esculturas que formaron parte del Pabellón Argentino de la Exposición Universal de París de 1889, luego trasladado a Buenos Aires. Esas cuatro esculturas que sobrevivieron a la demolición del pabellón en 1933 se encuentran en sendos rincones de la ciudad. Como incluyen el Escudo Nacional, interesan a este Blog.
Ayer vimos las dos tituladas "La Navegación"; hoy corresponde compartir las imágenes del par restante: esculturas gemelas llamadas "La Agricultura".
Una de ellas se encuentra en una plazoleta de Avenida San Isidro al unirse esta con Avenida Cabildo:
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| Detalle del Escudo Nacional en "La Agricultura" de Cabildo y San Isidro |
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| Detalle del Escudo Nacional en "La Agricultura" de Cabildo y San Isidro |
Esta escultura tiene el "plus" de contar con el Escudo Nacional y el escudo de la Ciudad de Buenos Aires en sendas caras del basamento:
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| Foto de 2017 |
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| Foto de 2023 |
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| Los fundidores del metal |
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| Firma del escultor |
La última de las cuatro esculturas está en una plazoleta en la esquina de Riestra y Leguizamón:
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| Escudo Nacional en "La Agricultura" de Avenida Riestra y Leguizamón |
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| Escudo Nacional en "La Agricultura" de Avenida Riestra y Leguizamón |
Pero en este caso ¡atención! se nos informa que se trata de una réplica
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Aunque unas pocas de las fotos de estas dos entradas son anteriores, la inmensa mayoría fueron tomadas en febrero de este año, especialmente para esta ocasión.
El Pabellón Argentino tenía además varios escudos distribuidos en sus frentes, como puede verse en esta foto:
En Internet hay abundante información acreca del Pabellón Argentino, su historia y su triste destino. Pero en este Blog nos hemos dedicado a las cuatro esculturas principales, haciendo hincapié en el Escudo Nacional que aparece en todas ellas. Vemos a continuación un collage con los cuatro escudos.
Terminamos esta serie de dos entradas haciendo nuestras las palabras de Mario J. Buschiazzo (el destacado es nuestro)
No importa que el Pabellón Argentino tuviese una serie de concesiones pasatistas -cúpulas de cobre, cartelas y escudos en profusión, logias con columnillas abalaustradas, etc.- y que resultara inadecuado para las funciones que se le habían asignado. Debió conservársele como notable ejemplo de un período de rebeldía y búsqueda, como símbolo de una época de pujanza y grandeza lejana y envidiable, como un hito en la historia de la evolución de nuestro gusto. Su destrucción fue un error irreparable, como el de tantos otros monumentos arquitectónicos de nuestro país, desaparecidos por un mal entendido sentido de lo que es progreso.
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