Hace poco más de un año nos ocupamos del esbelto escudo de monseñor Luis Mariano Montemayor, obispo argentino que actualmente se desempeña como Nuncio Apostólico en la República Democrática del Congo.Volvemos hoy sobre ese blasón porque hace algunos meses un lector del Blog nos hizo llegar por correo la descripción y explicación completas y "oficiales" del escudo, que queremos compartir con los lectores.
"DESCRIPCIÓN DEL BLASÓN EPISCOPAL
Según la tradición heráldica eclesiástica, el blasón de un Arzobispo está tradicionalmente compuesto de:
- un escudo, que puede tener varias formas (siempre correspondientes a figuras de escudo heráldico) y contiene simbolismos que hacen referencia a ideales personales, a devociones particulares, a tradiciones familiares, o también, al propio nombre, al ambiente de vida y a otras cosas;
- una cruz doble, arzobispal (llamada también "patriarcal") con dos brazos transversales al asta, en oro, colocada in palo, o sea verticalmente detrás del escudo;
- un capelo prelaticio, con cordones a veinte borlas, pendientes, diez de cada lado (ordenados, de alto en bajo, en 1.2.3.4), todo en color verde;
- un cartel debajo, con el lema escrito habitualmente en negro en bandera flotante.
En nuestro caso ha sido elegido un escudo de forma gótica, clásico y frecuentemente usado en la heráldica eclesiástica, y una cruz patriarcal trebolada, en oro, con cinco gemas rojas para simbolizar las cinco llagas de Cristo.
DESCRIPCIÓN HERÁLDICA DEL ESCUDO
De plata, mantelado de azur. En el centro, nave, a la antigua, al natural, con tres banderines de bermellón, sobre dos barras onduladas de azur, en punta de escudo; a diestra estrella de oro; a siniestra el monte de tres cimas a la italiana, también de oro.
El lema: Sufficit tibi gratia mea (2 Cor 12,9).
Para el propio lema, Mons. Montemayor ha elegido las palabras Sufficit tibi gratia mea - Te basta mi gracia, tomadas de la segunda carta de San Pablo a los corintios, donde el Señor asegura al Apóstol que su infinito poder "triunfa en la debilidad" de sus hijos; una clara invitación a abandonarse totalmente a la gracia divina, una indicación que Mons. Luis Mariano ha adoptado durante toda su vida sacerdotal y que ahora constituye el fundamento de su nuevo ministerio.
Interpretación
El ornamento externo que caracteriza el blasón de un Arzobispo, además de las veinte borlas verdes pendientes a los dos lados del escudo, es la cruz astil arzobispal. Dicha cruz, llamada también "patriarcal", con dos brazos transversales, identifica precisamente la dignidad arzobispal: en efecto, en el siglo XV fue adoptada por los Patriarcas para sus blasones y, poco después, por los Arzobispos. Algunos estudiosos sostienen que el primer brazo transversal, el más corto, quiere evocar el cartel con la inscripción "INRI", puesto en la cruz en el momento de la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo.
En la parte central del escudo de plata, metal que en heráldica representa la transparencia, por consiguiente la verdad y la justicia, dotes que deben acompañar cotidianamente el ejercicio de la autoridad del Obispo, una nave que en la iconografía tradicional simboliza la nave de Pedro, la Iglesia; los tres gallardetes aluden a la Santísima Trinidad y son en bermellón (rojo), color símbolo del amor, el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo que guía la “navegación" de la Iglesia. Además, la imagen de la nave evoca la infancia de Mons. Luis Mariano, trascurrida en los principales puertos de su nación, la Argentina, en cuanto hijo de un Almirante de la Marina de aquel país; este período de su vida es también evocado por la Stella maris, clásico símbolo mariano, con el que el Obispo ha querido confirmar su devoción a nuestra Madre celestial, la Virgen, a cuya protección e intercesión él confía su ministerio pastoral. Los símbolos trinitario y mariano aluden también al nombre de fundación de su ciudad natal: "Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires". El monte, aquí representado en forma heráldica, quiere evocar el calvario, que constituye el evento que sintetiza el mensaje de la redención; así como la estrella, es de oro, el metal más noble, símbolo por tanto de la primera virtud, la fe; en efecto, es gracias a la fe que podemos comprender el mensaje de amor que nos viene de María y de la pasión de nuestro Señor Jesucristo. Además, los montes se transforman en emblema "parlante", en cuanto constituyen también una referencia al nombre de familia del Arzobispo: Montemayor.
El azur (azul) de la orla del "manto" es el color que simboliza la incorruptibilidad de la bóveda celeste, de los ideales que miran hacia lo alto; representa el desapego de los valores terrenos y el ascenso del alma hacia Dios. Plata (argentum - i) y azul evocan también el gran Río de la Plata que acuna a la ciudad de Buenos Aires, el nombre y los colores de la Argentina, la patria de Mons. Luis Mariano Montemayor, así como los colores del manto de la venerada imagen de la Virgen de Luján, patrona de la nación".
La versión del escudo que presentamos esta vez es de Wikimedia.
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