Hoy es la fiesta de San Nicolás de Bari, célebre obispo de Mira (en Turquía) que murió alrededor del año 350 y es muy venerado tanto en Oriente como en Occidente. Se lo llama "de Bari" porque sus restos fueron trasladados a esa ciudad italiana en el siglo XI.
La foto que sigue corresponde al frontis de la Basílica de San Nicolás de Bari, sobre la avenida Santa Fe, y representa al santo obispo con mitra y báculo.
Aquí una vista más general del mismo conjunto.
La iglesia actual, edificada en 1935, reemplaza al histórico templo que había donde hoy se encuentra el Obelisco. En la torre de aquel viejo templo, demolido para el ensanche de la Avenida Corrientes, se izó por primera vez en Buenos Aires la Bandera Nacional, y en su pila bautismal fue bautizado en 1910 quien sería el primer santo nacido en la Argentina, San Héctor Valdivielso Sáez.
En la vida de San Nicolás de Bari sobresalen sus obras de caridad y sus milagros. El libro "Los santos del Calendario Romano" -que hemos tomado de la versión publicada en el sitio de la Capilla Santa Julia de Pergamino-, nos relata que las leyendas presentan a San Nicolás "como un gran taumaturgo, y en ellas se ha inspirado asimismo la iconografía: libertó a tres oficiales encarcelados injustamente por Constantino; hizo posible el matrimonio a tres jóvenes pobres, condenados por su padre a la prostitución, ofreciendo la dote en monedas de oro; resucitó a tres estudiantes condenados a muerte por un hospedero, que los había puesto en salmuera; salvó a un niño que había perecido entre las llamas, tras la invocación del padre, que había invitado a su hijo a dar limosna a un mendigo; liberó a tres marineros del peligro de naufragar". En la imagen que sigue puede verse destacada, a modo de ejemplo, la representación de los tres niños puestos en salmuera:
Como veremos, algunos de los datos mencionados serán importantes a la hora de interpretar el escudo de la Basílica.
Hay que tener en cuenta, asimismo, que el templo fue edificado poco después del Congreso Eucarístico Internacional de 1934. El vitral principal, en el ábside, recuerda el magno acontecimiento representando la cruz monumental erigida sobre el Monumento de los Españoles, al pie de la cual se ve la custodia con la que tuvo lugar la procesión y bendición presididas por el Cardenal Pacelli. A los lados, el Escudo Nacional y el escudo del Congreso Eucarístico.
Sobre su puerta principal, el templo aun conserva el escudo del Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires.
Como sabemos, los templos que tienen la dignidad de Basílicas, están especialmente vinculados con la Cátedra de Roma, y tienen derecho, por ello, a tener su propio escudo, y a usar en él los símbolos heráldicos del Papa, es decir, las llaves entrecruzadas. En este caso, el escudo basilical se encuentra en el frente del templo.
Quizás por aquel recuerdo del Congreso que tanto significó para la vida de la Iglesia en la Argentina, o por el el hecho de que en el primitivo templo de San Nicolás se izó por primera vez la Bandera Nacional en la ciudad, el escudo de la Basílica adopta la forma oval, los laureles y el sol naciente del Escudo Nacional, así como los esmaltes del pabellón patrio: el campo está dividido en tres campos, el primero y el tercero con el código que indica azur, y plata el del medio.
En el centro del escudo, la mitra, que representa al santo Obispo de Mira. A sus lados, y debajo de ella, tres bolsas de dinero, que recuerdan uno de los episodios más emblemáticos de la vida de San Nicolás: un noble arruinado proyecta prostituir a sus hijas al no poder casarlas; Nicolás las salva de la deshonra y, tres noches seguidas, arroja por la ventana de su casa una bolsa llena de oro. Las tres bolsas son uno de los atributos clásicos de San Nicolás en la iconografía.
Curiosamente, este episodio, unido al milagro en favor de los niños, y al hecho de que la fiesta de San Nicolás cae en diciembre, generó desde el siglo XII la costumbre de que se le atribuya al santo ser el distribuidor de regalos para Navidad: ese es el origen de Santa Claus (San Nicolás = Sinterklaas, luego deformado en Santa Claus), bella tradición totalmente pervertida en nuestro tiempo por la paganización de la Navidad.
Volvamos al escudo: en el campo mismo, sobre la mitra, y no a modo de timbre, se alza el pabellón o conopeo, y por debajo, en el campo inferior, las llaves entrecruzadas.
El templo fue elevado a la dignidad basilical en el año 1937. Era rector del templo en aquel momento monseñor Daniel Figueroa, que había ejercido años antes el cargo de Presidente de la Mesa Directiva del Comité Ejecutivo del Congreso Eucarístico.
Un último detalle respecto de este templo ligado a la vez a la memoria de San Héctor y al Congreso Eucarístico. Existe una curiosa coincidencia de fechas que tiene como eje el 9 de octubre de 1934. Ese día, mientras el Cardenal Pacelli, Legado a latere del Papa, llegaba a Buenos Aires para el Congreso Eucarístico, en la primera visita a Sudamérica de un Secretario de Estado del Vaticano, casi al mismo tiempo era fusilado en España por odio a la fe el hermano lasallano porteño Héctor Valdivielso Sáez, que llegó a ser, en 1999, el primer santo argentino. Pero allí no acaba la cosa, pues el cardenal que llegó a la Reina del Plata el 9 de octubre de 1934 fue elegido Papa en 1939 y gobernó la iglesia durante casi dos décadas con el nombre de Pío XII. Y murió el 9 de octubre de 1958.
Todas las fotos de esta entrada fueron tomadas por mí el día 31 de octubre, centenario del nacimiento de San Héctor Valdivielso Sáez. La única excepción es la foto que sigue, tomada de Wikipedia, que muestra el frente de la Basílica de San Nicolás, imagen con la que cerramos este artículo.
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