"¿Y fue por este río de sueñera y de barro
que las proas vinieron a fundarme la patria?
Irían a los tumbos los barquitos pintados
entre los camalotes de la corriente zaina.
Pensando bien la cosa, supondremos que el río
era azulejo entonces como oriundo del cielo
con su estrellita roja para marcar el sitio
en que ayunó Juan Díaz y los indios comieron".
(Jorge Luis Borges: "Fundación mítica de Buenos Aires")
En estos días se cumplen 500 años de un acontecimiento fundacional en nuestra historia. En fecha imposible de determinar con precisión, en febrero de 1516, por primera vez un español pisó tierra actualmente argentina.
Juan Díaz de Solís, Piloto Mayor de España, buscando un paso interoceánico, llegó el 2 de febrero de 1516 a la actual costa uruguaya recalando en un puerto que, por la fiesta del día, llamó de la Candelaria (la actual Maldonado).
Bandera de Lebrija, ciudad natal de Solís |
Luego ingresó en el enorme estuario, al que por su extensión denominó Mar Dulce: el Río de la Plata. Avanzó por el río que dio nombre a nuestra Patria y desembarcó en una isla en la que sepultó a uno de sus hombres, fallecido a bordo de su carabela: Martín García. Desde entonces la isla se llama así; es el topónimo castellano más antiguo de nuestro país.
Escudo de la isla Martín García |
Días más tarde, al desembarcar en la costa uruguaya, Solís fue asesinado por los indígenas, que descuartizaron, asaron y comieron su cadáver.
Despues à los quinientos y trece años,
contados sobre mil del nacimiento
de aquel que padeció por nuestros daños,
dió Juan Diaz de Solìs la vela al viento.
Al Paraná aportò, dó los engaños
del Timbú le causaron finamiento,
en un pequeño rio de grande fama,
que á causa suya de Traicion se llama.
Por piloto mayor de Magallanes
al Estrecho venido aqueste habia;
no harto de pasar penas y afanes,
la conquista á D. Carlos le pedia.
Entró el rio arriba con desmanes,
hasta que ya el postrero le venia,
en que su alma del cuerpo se desata,
poniendo al Paraná nombre de Plata.
(Martín del Barco Centenera:
"La Argentina o la Conquista del Río del Plata")
Por tanto, se cumplen cinco siglos del descubrimiento del río de "corriente zaina" por el que los españoles vinieron a "fundarme la patria"; del primer paso de la obra civilizadora y evangelizadora de España en nuestro país; de la primera cruz de Cristo implantada en tierra argentina -sobre la tumba de Martín García-; y del nombre geográfico castellano más antiguo del territorio nacional.
Cerramos esta entrada con el fragmento de otro poeta, esta vez el español Rafael Alberti, quien vivió varios años en nuestro país, donde incluso nació su hija Aitana. El poema se llama "Río de la Plata"; en él, evocando la célebre expresión de Lugones ("el gran río color de león"), Alberti alude a los colores de nuestra bandera
Escudo de uno de los linajes de apellido Solís |
Cerramos esta entrada con el fragmento de otro poeta, esta vez el español Rafael Alberti, quien vivió varios años en nuestro país, donde incluso nació su hija Aitana. El poema se llama "Río de la Plata"; en él, evocando la célebre expresión de Lugones ("el gran río color de león"), Alberti alude a los colores de nuestra bandera
¡Oh Río de la Plata, abarcarte quisiera
como te abarca el viento desde la Costanera!
Si una vez tu poeta te miró aleonado,
yo andaluz, y de Cádiz, quiero verte azulado
y un blanco puro al centro, de bandera argentina
Hemos ilustrado esta entrada con algunos de los escudos que corresponden a linajes de apellido Solís, con la bandera de la ciudad natal de Solís (nótense los colores de la enseña), y con el escudo de la isla Martín García, al que dedicaremos una entrada especial mañana mismo. Y decimos una vez más, con Rubén Darío, en el centenario de su muerte: "¡Viva España! y ¡Viva la República Argentina!"
Gracias, Alejandro, por este recordatorio.
ResponderBorrarVivimos tiempos desmemoriados. No he visto ni un sólo comentario sobre esta conmemoración, que tiene tantas implicancias para nuestra vida como Nación.
Estas entradas sobre Juan Díaz de Solis y sobre la isla Martín Garcia son muy valiosas para memorar hechos trascendentes, también en lo religioso.
Y la heráldica nos aporta un "plus" de enorme riqueza histórica y matices de nuestras raíces, con sus luces y sombras.