Tras haber hecho referencia a los escudos de los actuales cuatro cardenales argentinos y al del primer purpurado de nuestro país, debemos comenzar a recorrer las armas de los arzobispos de la Argentina.
Dedicaremos el primer lugar al blasón de monseñor Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata. Un escudo realmente soberbio, bello y bien diseñado.
De la página web de la Arquidiócesis de La Plata obtenemos la descripción heráldica:
«De forma francesa, cuartelado.
1º y 4º de gules, un roble de oro, arrancado y frutado. 2º de plata, una cruz ancorada, de gules, con cuatro veneras de azur, una en cada ángulo. 3º de azur, tres fajas de plata en pal.
El lema, sobre bandera flotante de pergamino, reza: SILENTI OPERE
Timbra el escudo la cruz episcopal de oro.
1º y 4º de gules, un roble de oro, arrancado y frutado. 2º de plata, una cruz ancorada, de gules, con cuatro veneras de azur, una en cada ángulo. 3º de azur, tres fajas de plata en pal.
El lema, sobre bandera flotante de pergamino, reza: SILENTI OPERE
Timbra el escudo la cruz episcopal de oro.
Simbolismo
En la primera y cuarta partición, el roble, destacado sobre campo de gules, representa la fortaleza apostólica como realización concreta de la caridad, ya que es oficio de amor apacentar el rebaño de Cristo.
La segunda partición evoca el Camino de Santiago en su paso por el Béarn, el país de Soule y la Navarra francesa, tierras de origen de su familia paterna. Los símbolos de la peregrinación se refieren también al seguimiento de Cristo Crucificado.
La tercera partición asume el blasón atribuido a sus antepasados maternos, que ha sido puesto aquí, además, porque sus colores son los patrios y los de Nuestra Señora.
El lema está tomado de la Sagrada Liturgia (Poscomunión de la Misa 8 del Misal Mariano) y expresa el propósito del Arzobispo de contribuir a la edificación del Reino de Dios CON EL TRABAJO SILENCIOSO, a ejemplo de la Virgen María y de San José».
En la primera y cuarta partición, el roble, destacado sobre campo de gules, representa la fortaleza apostólica como realización concreta de la caridad, ya que es oficio de amor apacentar el rebaño de Cristo.
La segunda partición evoca el Camino de Santiago en su paso por el Béarn, el país de Soule y la Navarra francesa, tierras de origen de su familia paterna. Los símbolos de la peregrinación se refieren también al seguimiento de Cristo Crucificado.
La tercera partición asume el blasón atribuido a sus antepasados maternos, que ha sido puesto aquí, además, porque sus colores son los patrios y los de Nuestra Señora.
El lema está tomado de la Sagrada Liturgia (Poscomunión de la Misa 8 del Misal Mariano) y expresa el propósito del Arzobispo de contribuir a la edificación del Reino de Dios CON EL TRABAJO SILENCIOSO, a ejemplo de la Virgen María y de San José».
Monseñor Aguer, nacido en 1943, fue designado Obispo Titular de Lamdia y Auxiliar de Buenos Aires en febrero de 1992 y consagrado en la Catedral de Buenos Aires el 4 de abril de ese año.
En la Arquidiócesis primada fue Vicario Zonal para la zona de Belgrano, Vicario Episcopal de Educación y Delegado del Arzobispado para el Área Doctrina, Liturgia y Espiritualidad. En 1998 fue designado Arzobispo Coadjutor de La Plata, y a partir del año 2000, por sucesión, Arzobispo de La Plata.
Es Gran Prior para la Argentina de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, y Capellán Conventual de la Soberana Orden Militar de Malta.
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