martes, 13 de octubre de 2020

Escudo de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar (Buenos Aires)... y una curiosidad

El 13 de octubre de 2011 nos ocupamos del escudo de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en Recoleta.



Hoy, nueve años después, volvemos sobre el tema, por dos motivos.

Hemos encontrado de casualidad, en Heraldry of the World, una versión -cuyo origen ignoramos- de ese mismo escudo basilical.


De azur, un pilar de columna, de plata, marcado con una cruz patada de oro, superado de una estrella de plata. El escudo está timbrado con la umbela basilical, y lo acompañan, acolados en aspa, una cruz procesional y un tintinnabulum.

El segundo motivo es que en el mes de marzo pasado, con ocasión de la asunción del nuevo párroco de Nuestra Señora del Pilar,  fue entronizado en una oficina parroquial un cuadro con el escudo basilical rediseñado y con algunos ornamentos exteriores que le dan mayor identidad.


Ante todo, se ven las llaves pontificias, como corresponde a un escudo basilical. Además se añadió en la parte superior la típica y famosa espadaña del templo porteño, y en la parte inferior una venera. 

La descripción completa del escudo se transcribe a continuación junto a una breve reseña histórica y arquitectónica y a una foto de la versión final del blasón, la efectivamente entronizada, bellamente enmarcada.

Basílica del Pilar - Foto propia

El templo porteño de Nuestra Señora del Pilar en el barrio de Recoleta es una de las obras más importantes de la arquitectura colonial de Buenos Aires y conserva su estilo original barroco. Es el segundo templo más antiguo de la ciudad.

Fue edificado en 1732 como iglesia conventual de los recoletos de la orden de San Francisco. El obispo franciscano de Asunción de Paraguay consagró la iglesia el 30 de mayo de 1734.
Su fachada fue proyectada por fray Andrés Blanqui y está conformada por un conjunto de pilastras dobles bajo un frontis clásico, coronado por cinco pináculos. Del lado derecho hay una espadaña (o campanario abierto) de dos arcos, coronada por tres pináculos, a la que posteriormente se incorporó el reloj esférico de mampostería de 1740 (el primero en Buenos Aires), de origen inglés construido en Londres por el maestro relojero Thomas Windmill. Del lado contrario se eleva la torre del campanario, de base cuadrada, coronada por un tambor con ventanas que es rematado por un cupulino en forma de campana, revestida con azulejos provenientes de Calais (Francia) de 1866. En su extremo superior, una bola de bronce soporta una cruz de hierro forjado y una veleta. Al momento de su construcción era el punto más alto de la ciudad de Buenos Aires.
Es sede parroquial desde 1829, y fue elevado a la dignidad basilical por Breve Apostólico del Papa Pio XI del 12 de marzo de 1936.
En ese año de 1936 se colocó, en lo alto del magnífico Retablo Mayor de esta iglesia, el escudo basilical. 
DESCRIPCIÓN DE SU ESCUDO
El blasón basilical en forma de elipse, de azur, presenta un pilar de plata marcado con una cruz patada de oro, superado de una estrella de plata de cinco puntas.
Sus esmaltes azur y plata (celeste y blanco) son los colores universales de la Virgen María y, al mismo tiempo, son los colores nacionales argentinos.
En la sencillez de sus muebles, el escudo es sumamente expresivo:
─ el pilar marcado con la cruz en cierto modo es "parlante" del nombre de la Basílica, y expresa la firmeza de la fe, la incólume esperanza y la constancia en la caridad.
 la estrella de plata que lo supera es un símbolo universal de María Santísima, que parada sobre un pilar se le apareció en el año 70 (aún en vida) y le habló al apóstol Santiago en Zaragoza, animándolo a proseguir su tarea de evangelización en España y a construirle un templo, y que tuvo su correlación, más tarde, con la gesta misionera de América.
Sus ornamentos exteriores son significativos:
 La espadaña, en la cima del escudo, con sus dos campanas, es un elemento arquitectónico principal de la fachada de la Basílica del Pilar, que la identifica.
 La ostra o venera, por debajo, recuerda el Camino de Santiago. Es símbolo del peregrino. También tiene un significado teológico, al aludir a la conocida anécdota de San Agustín en la playa con el niño que llevaba el agua del mar en una vieira a un pozo, aludiendo al insondable misterio de Dios, uno y trino.
Está timbrado con las insignias pontificias, como lo establecen los decretos apostólicos correspondientes.
 El conopeo, que surmonta el escudo, es una referencia a la Santa Sede Apostólica, que da cuenta de la especial vinculación de la Basílica con ella.
 Las llaves cruzadas y las cintas enlazadas a ellas, acoladas al escudo, representan al poder de atar y desatar conferido a San Pedro y sus sucesores.
La divisa, en banda flotante, lleva suscrita las palabras DOMINA NOSTRA PILARENSIS”.
Ayer fue la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, Patrona de la Hispanidad.

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