jueves, 24 de diciembre de 2020

Escudo de monseñor Luis A. Collazuol

El 24 de diciembre de 2011 nos ocupamos del escudo de monseñor Luis A. Collazuol, Obispo de Concordia.  En igual fecha de 2020 volvemos sobre el mismo blasón episcopal, para mostrar una versión mucho más hermosa, obra de SajoR en Wikipedia. La fecha elegida en ambas ocasiones guarda relación, como se verá, con el lema del obispo.

Transcribimos a continuación algunos fragmentos de la larga explicación del escudo episcopal, que compartimos en aquella entrada, nueve años atrás, tomada a su vez, en su momento, del sitio web diocesano de Concordia.

El sentido general del escudo episcopal es «la descripción de la armadura del cristiano hecha por San Pablo en Ef. 6, 10-17: “Fortalézcanse en el Señor… Revístanse con la armadura de Dios… Tengan siempre en la mano el escudo de la fe…”».


«El canto de los ángeles en Belén es el primer anuncio de la Buena Nueva: “les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor… ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por Él!” (Lc 2,11-14).  El Obispo toma como lema el canto angélico y lo hace suyo: GLORIA A DIOS, PAZ A LOS HOMBRES».

«“Cristo es nuestra paz”; Él la restableció “por medio de la cruz” (Ef. 2,14-16). Por eso en el lema la palabra paz envuelve la cruz con la que está timbrado el escudo, la primera plantada en Latinoamérica. En la armadura propuesta por San Pablo lo que corona el escudo es el “casco de la salvación” (v.17)».

«El blasón se asienta sobre la “divisa” que porta el lema, que representa las sandalias: “calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz” (v.15)».

«El escudo ostenta en campo de gules una espiga de oro, y lleva bordura dorada orlada por quince rosas encarnadas. En heráldica, la bordura es la cota que San Pablo enseña a llevar: “vistan la justicia como coraza” (v.14).

La espiga representa a Cristo en su Pascua (Jn. 12,24): Cristo, grano que muere para dar Vida (...) La espiga es también símbolo de la vida sacerdotal “en Cristo”. El sacerdocio se realiza plenamente en la Eucaristía, fuente de gracia y cumbre de comunión eclesial. Cristo es la espiga que brotó en el campo virgen de María. El centro rojo del escudo representa el seno de María, en color del fuego del Espíritu que madura el trigo.

Las quince rosas que orlan la espiga representan el Rosario, los misterios de la vida de Jesús, único Redentor del mundo, creídos y vividos en la piedad mariana de nuestro pueblo. En la “bordura”, que significa la coraza, nadie puede poner el rojo. Sólo tiene derecho a usarlo quienes alguna vez tachonaron la cota con su propia sangre. María, embellecida con la sangre del Calvario, tachonó su vida con los misterios de su Hijo. (...) 

El lema de “Gloria” y “Paz” fue cantado en Belén, “casa del pan”. Allí estuvo Jesús, Pan vivo, en el copón y la custodia: el seno y los brazos de María».

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