sábado, 23 de febrero de 2019

Escudo de la Congregación Hermanas de la Inmaculada Concepción de Castres

Ayer, al hablar del escudo de los Oblatos Diocesanos, mencionamos al creador de ese instituto secular, el padre Agustín Gabriel Bonney Elizalde, quien por un cuarto de siglo -desde 1931 hasta su prematura muerte en 1956- se desempeñó como párroco de Santa Juana de Arco en Ciudadela. En su testamento,  escrito en 1955, el padre Elizalde -entre otros agradecimientos, pedidos de perdón y profesiones de fe- dedica «una mención especialísima hacia las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Castres».  Por ello, enlazando con la entrada de ayer, nos ocuparemos hoy del sencillo escudo de esa congregación religiosa.

La Congregación de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Castres fue fundada en Castres, en el sur de Francia, el 8 de diciembre de 1836 por  Jeanne-Émilie de Villeneuve. 

Santa Juana Emilia, nacida en Toulouse en 1811,  falleció en Castres el 2 de octubre de 1854, víctima de una epidemia de cólera. Fue beatificada en 2009 y canonizada en 2015.


El  primer destino misional de las "Hermanas  Azules", como se las llama, fue el África; a comienzos del siglo XX llegaron a América Latina. En 1905 se instalaron en la Argentina: primero en Lomas de Zamora y luego en Azul, Benito Juárez, Ciudadela; más tarde en el interior del país: Santiago del Estero, Entre Ríos, Tucumán, Córdoba, La Rioja, Río Negro...

El sencillo escudo es de azur, fileteado de oro; con un lirio de su color, con tallo y foliado de sinople -que alude a la Inmaculada Concepción-  adiestrada de una estrella de oro. El jefe, separado del campo por un filete de oro, lleva el lema "Dieu seul", "Sólo Dios". En punta las iniciales CIC en plata.


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