lunes, 25 de febrero de 2019

Escudo de la Ciudad de Buenos Aires: debates de 1911


Hoy es el cumpleaños de mi amigo Martín, quien me envió hace algunos meses esta foto, que tomó en la sala de lectura de la Biblioteca "Esteban Echeverría" de la Legislatura de la Ciudad. De modo que, uniéndonos a su festejo, le agradecemos su colaboración mediante esta entrada. Complementaremos esta foto inicial con otras propias, tomadas en el mismo lugar.

La imagen nos da ocasión de referirnos al interesante intercambio de opiniones registrado en 1911 acerca del escudo de la Ciudad de Buenos Aires. Ese año se creó en el seno del Concejo Deliberante una comisión especial para estudiar «la fijación de los emblemas del escudo de la Ciudad de Buenos Aires».  La comisión consultó a varios expertos. La mayoría de ellos se inclinó por conservar el escudo que se venía usando (es decir el de la época del gobernador Láriz) y unificar la representación de ese emblema para evitar «caprichos pictóricos o meras fantasías», como dice uno de los consultados.

Sin embargo, varios de los expertos cuya opinión se recabó hicieron consideraciones sobre el escudo de Garay, es decir el original, el que vemos representado en el cuadro.



Alejandro Rosa, por ejemplo, opinó: «Creo que no debe pensarse en reconstruir (lo que nunca fue construido) o inventar el escudo de Juan de Garay, por más que esta idea surja prohijada por dos distinguidos miembros de la benemérita Junta de Historia y Numismática. El escudo publicado por el señor Enrique Peña y reproducido en el “Diario” de ayer, no es otra cosa que una suposición heráldica del especialista, que al efecto de restaurar, renovar, certificar  o interpretar se tiene en Madrid, bajo un título pomposo. Dicho escudo como el dado a luz en mis “Juntas Reales”, en 1895  y el de la obra del Censo Municipal de 1904, no están abonados absolutamente por ningún gráfico de la época del fundador; no existe documento alguno emanado de autoridad competente, ni tradición que demuestre directa indirectamente haberse usado de tal o cual forma las armas de Garay» (nota del 9/11/1911). 


José Ignacio Garmendia señaló que «el escudo de armas, ya fuera adjudicado a ciudades o a familias, se reputaba como una patente gloriosa que recordaba servicios hechos a la patria o al rey; pues por lo común, no se ennoblecía, ni se daba escudo de armas si no por hechos culminantes en acciones bélicas; y el ostentar las armas heráldicas en el escudo o en el traje equivale a la costumbre de estos tiempos de lucir condecoraciones que cuando son adquiridas en acciones de guerra son de gran mérito. El primer escudo de armas que dio don Juan de Garay a la ciudad de Buenos Aires fue en campo blanco un águila negra coronada que cría cuatro aguiluchos, teniendo en la garra  derecha una cruz colorada parecida a la de Calatrava.  El águila simboliza el valor y la altivez, mas aquí don Juan de Garay quiso tal vez rememorar las armas de los adelantados del Río de la Plata, don Juan Ortiz de Zárate y don Juan de Torres de Vera y Aragón, en cuyos escudos figura el águila  y el mismo Torres de Vera y Aragón, al fundar Corrientes, le dio su propio escudo de armas que era una águila  apoyando sus garras en dos torres, recordando estas últimas, las armas de sumadre doña Luisa de Torres» (nota del 18/11/1911).   

José Manuel Eizaguirre, otro de los consultados, después de exponer los datos que todos conocemos («Don Juan de Garay (...), algunos meses después de haber fundado Buenos Aires, presidió la sesión del Cabildo el 20 de octubre de 1580, y en ella señaló "por armas y blasón de esta ciudad, un águila negra pintada al natural, con su corona en la cabeza, con cuatro hijos debajo demostrando que los cría, con una cruz colorada sangrienta que salga de la mano derecha y suba más alta que la corona, que semeje la cruz á la de Calatrava y lo cual esté sobre campo blanco"»), opinó que «no se conoce ninguna nota gráfica de ese escudo. Las publicadas hasta el día, son obra de 'artistas o dibujantes modernos, y en realidad, carecen de belleza, fealdad derivada de la concepción de aquel escudo más que del trabajo de los artistas. La aprobación del Monarca perfeccionó la iniciativa de Garay y del Cabildo; pero, a pesar de eso, tal escudo no fue usado nunca, por circunstancias que no conocemos. Sesenta y nueve años más tarde, los vecinos de Buenos Aires, particulares y funcionarios, no lo conocían, e ignoraban hasta la existencia del acta del Cabildo. Había sido todo completamente olvidado, de tal manera, que el gobernador entonces de estas provincias, don Jacinto de Lariz, "propuso un escudo", en la sesión del Cabildo, el 5 de noviembre de 1649, dando esta razón: que "en las ciudades cabeceras de provincias de las demás provincias de estos reynos de las Indias y de las de España está en costumbre tener sellos de tales ciudades...». Los miembros del Ayuntamiento «"unánimes y conformes" acordaron fijar el escudo "atento a no haberse hallado en el archivo de este Cabildo y sus libros que haya tenido ni tenga hasta ahora armas algunas"» (nota del 24/11/1911).



Eizaguirre argumenta también que, si bien este escudo podría ser considerado «el único legal por su antecedente en el Cabildo y la ulterior aprobación real», hay que señalar que «las leyes se derogan por otras leyes y estas se afirman y perfeccionan en la práctica de la vida». Por tanto, dado que el escudo de Garay nunca se usó y el de Lariz tuvo «uso inmediato y continuado», el autor concluye que es el escudo de 1649 -y no el que vemos en las fotos de hoy- el verdadero escudo de Buenos Aires, sancionado además en forma efectiva por la Municipalidad de la Ciudad el 22 de julio de 1856.

Sin embargo, Eizaguirre añade -siempre en la misma esquela- que el Concejo Deliberante no obraría mal «si en la base del monumento que va a levantar a Garay, ordenara la colocación del escudo que él señaló a la ciudad por él fundada. Sería un homenaje (...) a la memoria del ilustre vizcaíno. La resurrección en mármol o bronce de un escudo que sólo tuvo vida en un documento, sin mayor trascendencia, explicaría un recuerdo al acto remoto de la fundación, sin desconocer el respeto que nos merece el escudo actual».  Pues bien: hay que decir, para finalizar, que esta última propuesta no parece haber sido escuchada. No sabemos si en algún momento la estatua porteña dedicada a Garay tuvo en su base el escudo de 1580, pero en la actualidad, paradójicamente, el único escudo que se ve en el monumento al fundador de Buenos Aires... es el escudo de 1649, como lo demuestra esta foto tomada a mediados del año pasado:



Los debates de 1911 darán material, seguramente, para otras entradas de nuestro Blog.

1 comentario:

  1. jjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja ja nooooooo ashhh nadie entiende q es UN ESCUDO q todos los sitios web ponen "EL ESCUDO DE BS. AS." Y es nada q ver eso me enfurece mucho y solo tengo 12 años arreglen eso si?
    muchas gracias

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