Un mismo motivo heráldico, probablemente genérico, se repite varias veces a lo largo de los frentes del destacado edificio que ocupa una de las tres esquinas de la manzana triangular formada entre las calles Díaz Vélez, Franklin y Valentín Virasoro.
La edificación tiene frentes sobre las dos primeras arterias y se destaca especialmente la ochava, que vemos bajo estas líneas.
Como vemos, funciona allí una farmacia, probablemente muy antigua, ya que la palabra FARMACIA está grabada debajo de la ventana del primer piso. Ahora bien, este edificio nos depara una sorpresa, también vinculada con su condición de sede de un establecimiento farmacéutico.
Justamente en la parte más alta de la torrecita semicircular que ocupa el ángulo de Franklin y Díaz Vélez, y en el marco de otro escudo heráldico, vemos el símbolo tradicional de la ciencia farmacéutica, bellamente confeccionado y decorado.
El símbolo universal de la labor farmacéutica es la Copa de Hygia: una copa con una serpiente enroscada. La serpiente simboliza el poder del veneno, que o bien puede matar o bien curar, una vez convertido en medicamento en el cáliz, que es entonces símbolo del remedio.
En la mitología griega, el dios de la medicina era Asclepio, que tenía dos hijas: Panacea e Hygia. Hygia era la encargada de elaborar los remedios.
La Copa de Hygia (Higia o Higía) fue elegida por la Sociedad Parisina de Farmacia en 1796 como símbolo como representativo de las farmacias al mandar acuñar una moneda que representaba la Copa de Hygia y la serpiente.
En el escudo que vemos, la Copa de Hygia está brochante sobre un escudo que podemos suponer de azur y gules cruzado por una barra de plata, y sendas ramas vegetales una a cada lado.
Publicamos esta entrada en el Día Mundial de la Higiene. La palabra higiene, justamente, proviene del nombre de Hygia...
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