miércoles, 5 de octubre de 2016

"Muy Noble y Muy Leal"

Hoy se cumplen 300 años de la concesión del título de "Muy Noble y Muy Leal" a la ciudad de Buenos Aires, otorgado por Felipe V mediante una Real Cédula firmada en el Palacio del Buen Retiro, en Madrid, el 5 de octubre de 1716.


El título se usó por décadas.  A modo de ejemplo, vemos la copia facsimilar del acta del Cabildo de Buenos Aires de una fecha emblemática: el 25 de mayo de 1810. El acta comienza, como era habitual, con la mención del título y del nombre completo de la ciudad: "En la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de la Santísima Trinidad Puerto de Santa María de Buenos Ayres..."


En el Cabildo se encuentra además un testimonio "gráfico" de ese título, que además es de naturaleza propiamente heráldica: el escudo de la ciudad de Buenos Aires, según la versión que se exhibe en el tapiz de la Sala Capitular.


Bajo el escudo real de España aparece el escudo de Buenos Aires con una bordura en que se lee claramente  el honroso título de la ciudad: "Muy Noble y Leal".  

Vemos a continuación el detalle del escudo, pero en la reproducción que se conserva en el Museo Larreta, obra de María de la Salud Van den Brule de Isla Casares, confeccionada en 1980.





Dice  Cayetano Bruno en su "Historia de la Iglesia en la Argentina" (volumen III), en epígrafe debajo de esta imagen:




Según referencia del Cabildo secular, de 9 de febrero de 1692, existía en las casas capitulares un lienzo “desde la fundación” de la ciudad, con las imágenes de Nuestra Señora de las Nieves y San Martín de Tours y el escudo real. Como estuviese deteriorado y casi “sin efigies dicho lienzo, dispuso el Cabildo su reparación el 4 de mayo de 1744. A esta época pertenece el escudo que aquí se ve. Figuran en él Nuestra Señora de las Nieves y San Martín de Tours, patronos de Buenos Aires desde su fundación; en el centro, el escudo real de España, con el collar del Toisón de Oro, que le hace corona y sostiene el escudo de la ciudad.  Lleva este, abreviada, la siguiente leyenda: LA MUY NOBLE Y LEAL CIUDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y PUERTO DE BUENOS AIRES, título que le dio Felipe V, por real cédula fechada en Buen Retiro a 5 de octubre de 1716. A ambos lados del lienzo se ven las columnas de Hércules, y naves que representan el puerto de Buenos Aires. Esta diseño histórico preside la sala capitular del viejo Cabildo.

Respecto del tapiz y del escudo puede leerse con gran provecho nuestra entrada del 21 de agosto de 2012. Allí se evoca una nota de Arcadio Botar y Boros en una publicación del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, de la que procede la imagen que vemos a continuación. 




El autor de la nota, a su vez, menciona la célebre investigación de Enrique Peña titulada "El escudo de armas de la ciudad de Buenos Aires".



Enrique Peña fue un historiador argentino a quien el entonces Intendente de Buenos Aires encomendó, en 1909, viajar a España, en el marco de los preparativos para el Centenario de Mayo,  a fin de investigar en los archivos de la Península la historia de Buenos Aires. "Peña -dice Daniel Balmaceda en su "Biografía no autorizada de 1910", que estamos citando- se tomó la tarea muy en serio: reunió cuatro cajones de papeles en el Archivo General de Indias" y además estaba empecinado "en detectar cuál había sido el escudo -perdido en el tiempo- que Garay había diseñado para la ciudad de Buenos Aires".  

"El 8 de enero de 1910 -sigue diciendo Balmaceda- Peña publicó el libro "El escudo de armas de la ciudad de Buenos Aires". Había develado en gran parte los enigmas del emblema y al final de la obra reclamaba una ordenanza que pusiera fin a la anarquía del diseño, pues hacia 1910 cada oficina municipal usaba el escudo que le parecía".
El escudo porteño en el púlpito de la Basílica de Nuestra Señora de los Buenos Aires,
con el añadido del título
En la parte que ahora nos interesa, Peña recuerda que el Consejo de Indias, en 1591, había aprobado las armas creadas por Garay, pero que sin embargo, en 1615, un acta del Cabildo mencionaba al escudo porteño como formado por un pelícano con cinco hijos. Dicho erróneo escudo, sin embargo, jamás tuvo una representación gráfica ni se usó. Treinta y cuatro años después, nuevamente aparece el tema de las armas porteñas, cuando el gobernador Lariz propone que se dé un escudo a la ciudad "atento -dice el acta del Cabildo- no haberse hallado, en el archivo de este Cabildo y sus libros, que haya tenido ni tenga hasta ahora armas algunas cuyo sello de armas sirva para sellar cualquier testimonio, certificaciones, pliegos, cartas y demás recaudos necesarios". Entonces los miembros del Cabildo, "unánimes y conformes ... acordaron que tenga las armas que aquí en este libro se pintan ... que son las que abajo en esta plana van señaladas".
"El dibujo de las armas que queda copiado -señala Enrique Peña- está hecho a la pluma, y, como se indica, en la misma página, probablemente por el propio escribano autorizante Don Gregorio Martínez Campuçano". "En la actualidad, este dibujo está bastante deteriorado porque la tinta fue perforando el papel".

Sigamos leyendo lo que afirma Enrique Peña en su estudio  (hemos actualizado la ortografía de Peña al uso actual, y transcribimos los textos de las actas al español moderno):

"Casi un siglo después del anterior acuerdo, de 1649, aparece en las actas del Cabildo una referencia a las armas de la ciudad. En efecto, en la sesión del 4 de mayo de 1744 celebrada bajo la presidencia de D. Domingo Ortiz de Rozas, consta que: «...en atención a estar poco decente el dosel y armas de esta Ciudad acordaron que el procurador de esta ciudad haga otro dosel nuevo y que mande retocar las armas y ponerlas con la decencia debida, el Ilmo. Sr. Alcalde de Segundo Voto»".  Era alcalde de segundo voto, en ese año, Alonso García de Zúñiga.



"La disposición de «retocar las armas» que estaban poco decentes, indica que habían sido hechas anteriormente. ¿Por quién y en qué fecha? Lo ignoro: como he expresado ya, no ha aparecido hasta ahora ningún documento de fecha anterior que se refiera a este asunto. Lo que el Cabildo mandó retocar, y que llama « las armas », no es más que un cuadro pintado al óleo que hoy se conserva en el Museo Histórico (...)  Si se  recuerdan los precedentes ya citados, se comprenderá que este cuadro es pura y simplemente una fantasía del pintor, más o menos feliz, pero fantasía al fin, ya .que en él aparece el escudo español, las armas que el Cabildo señaló a esta ciudad en 1649, las columnas de Hércules, un mar, barcos que lo navegan, y además una Virgen y un Obispo.  ¿Qué propósitos guiaron al pintor para idear esta composición? Intentaré adivinarlos.  
Las armas de la Ciudad, pendientes del Collar del Toisón de Oro que rodea el escudo español, colocado entre las columnas de Hércules, bien puede representar la unión íntima entre la Metrópoli y Buenos Aires. Bañando el pie de las citadas columnas, aparece el mar, cortado en dos partes por el escudo de la Ciudad, que pende del Toisón, y en cada cual se ve un buque, que navega a toda vela y en sentido opuesto, ya que los bauprés rozan las borduras del escudo de Buenos Aires, pudiendo esto significar que el mar, único medio de comunicarnos con la Metrópoli, lejos de separarnos nos une. A la derecha, y en la parte superior del cuadro, aparece la figura de un Obispo, San Martín probablemente, en actitud de dar la bendición, y a la izquierda se ve una Virgen con el Niño en los brazos, Virgen que sería la del Buen Aire venerada por los navegantes. Esta interpretación de las figuras, hechas por Pillado,  y aceptada por mí, destruye la suposición de que ellas, y la paloma que figura en el interior del escudo, representaran las tres personas de la Trinidad.  




Los detalles de las armas de la ciudad difieren algo de los que se encuentran en el dibujo ya reproducido de 1649: en cuanto a la leyenda que rodea el escudo, es diferente, pues mientras en el de 1649 se dice en abreviatura "Ciudad de la Trinidad y Puerto de Santa María de Buenos Aires" en el del cuadro se lee: "LA MUY NOBLE Y MUY LEAL CIUDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y PUERTO DE BUENOS AIRES", también en abreviatura. Debe saberse que a pedido del Cabildo, el Rey dispuso conceder dichos títulos a la ciudad, sin que conste que pudiera lucirlos en la leyenda de su escudo".



El escudo porteño en una de las ínfulas de la mitra arzobispal de monseñor Mariano Antonio Espinosa,
Arzobispo de Buenos Aires (1900-1923)  
-la cual se conserva en el Museo de Luján-,
con el añadido del título

Séanos permitido corregir aquí a Peña: la Virgen que aparece en el tapiz del Cabildo es Nuestra Señora de las Nieves, Patrona secundaria de la ciudad, como bien dice Cayetano Bruno.




La concesión de títulos o "lemas" a ciudades de España y de los reinos americanos fue una práctica común. En cuanto a ciudades de la Madre Patria, pueden verse algunos de esos títulos en este enlace:  Lemas de España. En América, muchas ciudades fueron honradas con títulos semejantes. Y en nuestro país, queremos destacar sólo un caso, especialmente significativo en este año: el de San Miguel de Tucumán, "benemérita y muy digna":



Desde aquí hacemos votos para que en la documentación oficial se recupere el uso del título concedido hace hoy tres siglos. ¡Qué bueno sería escuchar en actas de asunciones presidenciales, de celebraciones solemnes, de acontecimientos de relieve nacional, la vieja y gloriosa fórmula! Por nuestra parte, nos complace fechar esta entrada
...en la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Buenos Aires, a 5 días del mes de octubre del año 2016

2 comentarios:

  1. Me encanta la heraldica de buenos aires!!! Hay en farolas por la ciudad.... Buenos Aires tienes una bella historia por sus rincones! Saludos desde brasil

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