martes, 10 de mayo de 2016

Escudo de monseñor Pablo Padilla y Bárcena

En mayo del año pasado, en la casilla de correo electrónico de este Blog,  recibimos un mensaje de Ricardo Jandar, desde  Tucumán. Ricardo decía, entre otras cosas, que este Blog lo "entretiene mucho" y que dedica "muchas horas a su lectura"; también que había comenzado a interiorizarse respecto de la Heráldica, especialmente la eclesiástica.  En ese mensaje, Ricardo nos envió un foto el escudo de monseñor  Pablo Padilla y Bárcena que está "en un cuadro en el Museo de Arte Sacro".

Pablo Padilla y Bárcena nació en Jujuy en 1848. Recibió la ordenación sacerdotal en 1871. Tras otras tareas y funciones, fue designado Vicario Capitular de Salta; en ejercicio de ese cargo le tocó el honor de presidir la coronación pontificia de la Virgen del Valle de Catamarca, en abril de 1891. En diciembre de ese mismo año,  León XIII lo nombró Obispo Titular de Pentacomia y Auxiliar de Salta;  su ordenación episcopal tuvo lugar en abril de 1892. En enero siguiente fue designado Obispo de Salta, sede de la que tomó posesión el 11 de agosto de ese año.  Ejerciendo ese cargo pastoral -nos dice José Luis Batre en "Obispos de la Argentina",  dio "un impulso  extraordinario a la devoción al Sagrado Corazón".  En 1898, al crearse la Diócesis de Tucumán, fue trasladado como primer Obispo de esa jurisdicción, que gobernó hasta su muerte en 1921. (Las referencias a Nuestra Señora del Valle y al Corazón de Jesús no son ociosas en esta breve crónica, como veremos enseguida).

El escudo de monseñor Padilla y Bárcena, amablemente remitido por Ricardo, es el siguiente:


Cortado y medio partido. 1° de oro, el Sagrado Corazón de Jesús representado del modo habitual; 2° de plata, con la Virgen del Valle  acompañada de dos figuras no identificadas; 3° de azur, cinco estrellas de plata puestas 3 y 2.  De la crónica precedente surge claramente el sentido de los elementos de los dos primeros campos; queda en cambio la intriga acerca del significado del campo inferior del cortado.




El escudo tiene los ornamentos exteriores propios de la dignidad episcopal. El lema es "Ignem veni mittere in terram": "Yo he venido a traer fuego sobre la tierra",  tomado del Evangelio de San Lucas (12, 49).

Esta es la versión que encontramos en el libro de Batre mencionado más arriba:



Hay notables diferencias de diseño, aunque los elementos básicos del escudo son los mismos.

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