martes, 19 de abril de 2016

Escudo de Francisco de Argañarás y Murguía

Francisco de Argañarás y Murguía fue el fundador de la ciudad de San Salvador de Jujuy.


Había nacido alrededor de 1566 en Amezketa o Amézqueta, una  villa de Guipuzcoa. «En febrero del año 1615 -leemos en el sitio web de la localidad vasca- el monarca concedió a Amézqueta la categoría de Villa con jurisdicción sobre lo civil y criminal y el titulo de Noble y Leal. Adoptó como escudo de armas un antiguo sello concejil, que representa un árbol». Vemos este escudo bajo estas líneas, procedente también de la página oficial de Amézqueta:


Don Francisco era hijo legítimo del Capitán Martín Ochoa de Argañarás y Berástegui y de doña Leonor de Murguía y Salinas. 

El mismo sitio de la localidad natal de don Francisco nos habla de la familia Argañarás, de sus armas,  y del lazo entre este linaje y el de los Murguía:
Argañaras - Escudo cuartelado: 1. º, de plata con un árbol de sinople y un jabalí de sable atravesado al tronco; 2. º, de, azur con una vaca de su color con su ternero; 3. º, las armas del linaje de los Berástegui; 4. º, las armas de los Ortubia.
Era este solar de Argañaras, Cabo de Armería de mucha antigüedad que llevaba anejo el copatronato de Santa María de Ugarte, varios molinos, ferrerías y extensos montes. Incendiado a mediados del siglo XVIII, fue reedificado por doña María Teresa de Arbelaíz y Murguía, Marquesa de Valdespina, cuyo Mayorazgo le pertenecía.
El entronque del linaje de Argañaras con el ilustre linaje de Murguía, de Astigarraga, es así:
-Ochoa de Argañaras, casado con doña María de Gaíztarro.
-Martín Ochoa de Argañaras y Gaiztarro casó con doña Maria López de Berástegui, del Palacio de Amézqueta.
-El Capitán de Mar y Guerra don Martín Ochoa de Argañaras y Berástegui, dueño de la casa armera de Argañaras caso el año 1556 con doña Leonor de Murguía y Salinas, de la casa Palacio de Murguía de Astígarraga, hoy de los Marqueses de Valdespina.
-Don Francisco de Argañaras y Murguía, nacido en Amézqueta, pasó a Perú, estableciéndose en el Tucumán donde casó con la noble dama doña Bernardina de Mexia. 

Retomemos la historia de nuestro  prócer en América.  A los 19 años Francisco cruzó el Atlántico. Estuvo en el Caribe, en Panamá, en Cartagena de Indias,  en el Ecuador, en Lima. En 1586 cruzó el altiplano andino; bajando por la Quebrada de Humahuaca, llegó hasta Santiago del Estero, donde se estableció; allí  contrajo matrimonio con Doña Bernardina Mexía Mirabal y Salazar, a quien ya hemos nombrado, que era hija del Capitán Hernán Mexía Mirabal, uno de los más famosos conquistadores del Tucumán, y de su legítima esposa, Doña Isabel de Salazar.

Cuando Francisco de Argañarás tenía 33 años, Juan Ramírez de Velasco le encomendó fundar una ciudad en el estratégico valle de Jujuy. Allí había habido ya dos fundaciones que habían sido destruidas por los indios: Ciudad de Nieva en 1561 y San Francisco de Alava en 1575.  Era vital que el tercer intento perdurase, como lo hizo.

En la Pascua de 1593, Francisco de Argañarás y Murguía fundó la ciudad de San Salvador de Velasco en el Valle de Jujuy.


Escudo actual de la ciudad de
San Salvador de Jujuy

Vamos ahora a nuestro campo específico.  Ya vimos la descripción de un escudo de Argañarás, sin dibujo, en la página web de la ciudad natal del fundador de Jujuy.  

En el sitio "Raíces y alas de Córdoba" hay un artículo que relata los "Orígenes de la familia Argañarás en Córdoba - Argentina"; allí se nos informa que «la casa de los Argañarás en Amezketa, que subsistía hasta la década 1940, estaba edificada en piedra de cantería con tejas voladas y frontal con las armas esculpidas bajo el alero: Un jabalí en campo de plata pasando bajo las frondas de un árbol de sinople». Y se ofrece este «escudo  familiar del Capitán Francisco de Argañarás y Murguía, fundador de Jujuy»,  aclarándose:  Fuente: La Nación (Argentina) 19 de Abril 1953».



El primer campo corresponde al escudo descripto.

Por otra parte, en el mismo sitio se ofrece otra nota: "Nuevos aportes para una biografía de don Francisco de Argañarás", de Pedro Bustos Argañaraz.  El autor presenta allí diversas dificultades que se presentan al intentar hacer la biografía de nuestro personaje; pone en tela de juicio algunos datos históricos acerca de su vida y obra (incluso alguno que aparecen en otra nota del mismo sitio web, y que hemos publicado aquí), y también hace referencia a las armas de Argañarás:
Otra cuestión que no ha sido aclarada es cuáles fueron las armas que usó nuestro biografiado. Las de su familia materna no ofrecen dificultades, ya que los heraldistas coinciden en que los Murguía llevaban en campo de plata una encina de sinople con dos calderas de sable que penden de llares y al pié del tronco tres lobos pasantes de sable, lampasados de gules, sobre una terraza de sinople. Son, además, las mismas que lucen en una piedra armera sobre la puerta principal del palacio de Murguía, y en el escudón central de un blasón cuartelado, que se encuentra en un vitral con la imagen de San Pedro en la iglesia de Santa María de Murguía, aquí reproducido y ampliado:
Las descriptas armas de los Murguía, como resulta obvio, corresponden al segundo campo del escudo que vimos anteriormente.

Continúa  luego el autor abundando en datos y lagunas respecto de las armas de Argañarás.
El escudo heráldico del solar de Argañarás no resulta sin embargo tan fácil de establecer, a lo que contribuye la desaparición de la casa primitiva, incendiada en 1776 y reconstruida por su entonces propietaria, doña María Teresa Josefa Dominica Raimunda Isabel Ramona de Murguía y Arbelaiz, vizcondesa de Santa Cruz, marquesa de Valdespina y señora de Argañarás, Murguía, Arbelaiz y Echániz.
Juan Carlos de Guerra (...) en sus Estudios de Heráldica Vasca, atribuye a los señores de Argañarás las siguientes armas: en campo de sinople un peñasco de plata sombreado de sable y sumado de una torre de oro almenada y aclarada de gules. Bordura de gules con cuatro pares de eslabones de cadena de oro cortados y puestos en cruz.
Idéntico blasón les señalan Julio de Atienza, barón de Cobos de Belchite, en el Diccionario Nobiliario Español del que es autor; Jaime de Kerexeta en el tomo 1° de su Diccionario Onomástico y Heráldico Vasco; Fernando González-Doria en el Diccionario Heráldico y Nobiliario de los Reinos de España; y los hermanos García Carraffa en su conocida Enciclopedia Genealógica y Heráldica Hispanoamericana, tomo IX. 
Sin embargo, estos últimos, en el tomo 2° de su obra "El solar vasco navarro", describen otro escudo, seguramente posterior a aquel, cuartelado en cruz, primero de plata, un árbol de sinople con un jabalí pasante a su tronco, de su color natural; segundo de azur, una vaca con su cría de oro; tercero partido en pal: uno de azur, una banda de oro engolada en cabezas de dragantes del mismo metal y dos cortado, en lo alto de oro con un jabalí de sable acosado por dos lebreles de su color y en lo bajo de gules, una torre de plata; cuarto en campo de plata tres fajas de gules y sobre el campo nueve lobos pasantes de sable puestos de tres en tres. El tercer cuartel representa las armas de Berástegui y el cuarto las de Urtubia.
Estas últimas armas describe y reproduce monseñor Miguel Ángel Vergara, quien dice haberlas tomado del libro "Los baskos en la Nación Argentina", editado por José R. de Uriarte en 1916.
Queda entonces la duda acerca de cuál de estos dos blasones usaba don Francisco de Argañarás, quien el 26 de marzo de 1595 ordenó pintar en el estandarte de la ciudad de Jujuy, al lado de las armas reales, la imagen de San Salvador y al pie de ella “las armas de sus antepasados y casa de Argañarás”. Este escudo debería ser el de dicha ciudad, toda vez que su Fundador dispuso que así se usara “ahora y para siempre jamás, sin quitar cosa alguna de todas las dichas insignias y armas”.
A pesar de no poder sustentarlo con pruebas categóricas, me inclino a favor del primero, por lo que propuse incluirlo en el sello postal conmemorativo que se emitió en 1993, al celebrarse los 400 años de la Fundación de Jujuy, lo que en definitiva se hizo, como aquí se muestra:

Pasemos en limpio:  Hay al menos tres escudos atribuidos al linaje del fundador de Jujuy:

1) el que lleva un jabalí en campo de plata pasando bajo las frondas de un árbol de sinople.

2) el que lleva esos mismos elementos en el primer campo de un cuartelado: primero de plata, un árbol de sinople con un jabalí pasante a su tronco, de su color natural; segundo de azur, una vaca con su cría de oro; tercero partido en pal: uno de azur, una banda de oro engolada en cabezas de dragantes del mismo metal y dos cortado, en lo alto de oro con un jabalí de sable acosado por dos lebreles de su color y en lo bajo de gules, una torre de plata; cuarto en campo de plata tres fajas de gules y sobre el campo nueve lobos pasantes de sable puestos de tres en tres.

3) el que quedó consagrado en la estampilla del IV Centenario de Jujuy: en campo de sinople un peñasco de plata sombreado de sable y sumado de una torre de oro almenada y aclarada de gules;  bordura de gules con cuatro pares de eslabones de cadena de oro cortados y puestos en cruz.

Los expertos no pueden decir en forma concluyente cuál es el que corresponde a nuestro personaje,  pero eso no nos ha impedido disfrutar de algunos de ellos.


Hemos visto también las armas de los Murguía y de un bello y verosímil partido de Argañarás y Murguía, además de los escudos de las dos ciudades principales de esta historia: la cuna del glorioso conquistador y la ciudad que él fundó hace ahora 423 años.  Buena manera de celebrar a la "Tacita de Plata" en su aniversario.

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