La palabra "blasón" (2 de 2)

Ayer fue el Día de las Malvinas, y eso nos dio ocasión, el sábado, de hacer referencia al uso de la palabra "blasón" en una poesía de José J. Berrutti alusiva al archipiélago. 

Pero ayer también fue la Solemnidad de Corpus Christi, y hoy aprovechamos la coincidencia para volver sobre el uso de un término de la misma familia de palabras, esta vez en una canción compuesta para el Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires, celebrado en1934.

Una estampita recordatoria del Congreso de 1934,
con el Escudo Nacional y el escudo del Congreso al pie de la imagen

Se trata de "Ofrenda",  obra descripta como "cántico de los niños en el XXXII Congreso Eucarístico Internacional".  Fue escrita por el Pbro. Dr. Manuel J. Samperio, con música del Maestro Pbro. José Zaninetti.

La primera estrofa dice:

Nuestros dones no son palmas

ni es escudo blasonado;

son espigas y racimas

de la santa Comunión.

Es la sangre redentora

en el cáliz consagrado

y es el Cuerpo donde late

tu Divino Corazón.

Nuevamente recurrimos a la Real Academia Española, que nos dice:  

blasonado, da.

(Del part. de blasonar).

1. adj. Ilustre por sus blasones.

Es decir:  mientras los adultos ponen a los pies del Señor los escudos "ilustres" de las naciones, reconociendo a Jesucristo como Rey -que es uno de los fines del Congreso Eucarístico-,  los niños sencillamente ofrecen los dones de pan y de vino que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Jesús.

No los escudos, pero sí las banderas de las naciones, forman esta bonita y expresiva imagen, que corresponde a una estampa recordatoria del Congreso: el águila coronada  y acompañada por cuatro aguiluchos -símbolo de Buenos Aires-, sosteniendo la custodia como en el escudo del Congreso Eucarístico,  adorna sus alas con los colores nacionales de diversos países del orbe católico.

Sea también esta última imagen, con el águila heráldica porteña,  un homenaje a la ciudad de Buenos Aires en un nuevo aniversario de su fundación, que se celebra hoy.